Investigadores del Conicet relevaron el uso del transporte público y los cambios proyectados en cada usuario: en alta proporción moverse en bicicleta y a pie aumentaría una vez levantadas las restricciones
Investigadores del Conicet estudiaron el uso del transporte público y privado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) en el contexto de las restricciones que se implementaron como estrategia para mitigar la propagación del virus SARS-CoV-2, y dar batalla a la pandemia actual.
Entre las conclusiones, en base a los resultados que obtuvieron, se observa que la mayoría está informada sobre las medidas de cuidado y controles sobre el transporte público y hay un alto grado de acuerdo con el distanciamiento social, el control de permisos de circulación y de temperatura.
“Las medidas de restricción generan una sensación de seguridad pero el temor al contagio en el transporte público es muy alto”, asegura Dhan Zunino, investigador del Conicet y uno de los autores del trabajo.
De la encuesta participaron 1.252 habitantes de la ciudad de Buenos Aires (56%) y del Gran Buenos Aires (44%), entre el 2 y 9 de mayo de 2020, y se relevaron las prácticas de cuidado y la implementación de la movilidad pública, activa (pie o bicicleta), y la movilidad en medios privados (auto o moto) de los participantes.
Pese al cumplimiento general de las prácticas de cuidado en el transporte público, desinfectar un objeto de plástico como la tarjeta Sube no está generalizado y, mientras la ropa se desinfecta con mayor frecuencia al llegar al hogar (83%) o las casas donde se realizan cuidados, no ocurre lo mismo con los lugares de trabajo donde esta práctica baja notablemente, y se evidencia que hay condiciones precarias para este tipo de cuidado en los lugares de trabajo.
Alternativas de movilidad
Entre los resultados, observaron que la principal opción para moverse en el Amba una vez pasadas las restricciones seguirá siendo el transporte público entre los encuestados, pero con mayor interés por el uso de la movilidad activa, sea en bicicleta o a pie. “En su conjunto, los resultados son importantes para pensar el modo en que organizamos nuestra vida urbana con el propósito de aportar a la elaboración de políticas tendientes a fortalecer una movilidad pública, activa y segura”.
De los encuestados, un 27 por ciento de los que tuvieron que trasladarse eligieron evitar el transporte público, prefiriendo el auto particular, la bicicleta e ir a pie en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que el uso del auto particular en el Gran Buenos Aires fue la opción de un 75% de los encuestados que se movilizan en ese modo.
“En este momento que medimos nosotros, mucha gente vio acortarse su tiempo de viaje en transporte público cuando acostumbra a hacer viajes cortos, pero cuando el viaje es más largo, los usuarios vieron que los tiempos se alargaron, mayormente por los controles, de todas formas hubo un alto grado de acuerdo con estas medidas”.
A nivel mundial, es una preocupación el uso del transporte público, asegura Zunino Singh, “el problemas es cómo generás una movilidad más activa, y lográs restringir el transporte público. La lógica y sustentabilidad del transporte público siempre ha sido transportar a la mayor cantidad de gente en un solo viaje”.