En el peor momento de la pandemia, los gobiernos provinciales y municipales deben aplicar medidas a tiempo para evitar un desastre sanitario. Estamos a tiempo
63 casos en la provincia de Santa Fe. 39 en Rosario. El coronavirus avanza en la región y la ciudad atraviesa el peor momento desde el comienzo de la pandemia. Las causas del aumento de contagios se repitieron hasta el cansancio: irresponsabilidad social, ausencia de control estatal y falta de un esquema de comunicación que «eduque» a una comunidad que, al día de hoy, no parece comprender la gravedad del problema. Más aún cuando aparecen razonables voces que sospechan que podría haber más casos de los que trascienden oficialmente.
Negocios colmados de personas sin barbijos, amontonamiento de jóvenes en parques de la ciudad y bares desbordados. Esas fueron algunas de las postales publicadas por CLG en los últimos días que anunciaban lo previsible: duplicación de casos, más muertes y más dolor. Sin embargo, está en manos de los gobiernos provinciales y municipales aplicar medidas a tiempo para evitar un desastre sanitario, como sucede en provincias limítrofes, ya no en países alejados como Italia o Estados Unidos.
Cuando en Santa Fe y Rosario casi no había casos se dispuso una cuarentena estricta que contuvo al virus, entonces: ¿cuál es el argumento para no aplicarla ahora? Es cierto, muchas veces pagan justos por pecadores y una marcha atrás en las fases debería ir acompañado de una ingeniería económica de apoyo para evitar que más negocios y comercios deban cerrar sus puertas.
Aunque no todo depende del Estado. Se pide libertad, pero cuando esta se otorga no se respeta ninguna de las normas establecidas. Debemos asegurarnos de que aprendimos la lección como sociedad, de ponernos en el lugar del otro, algo que hoy no parece posible, y que esta crisis sea un punto de inflexión para las preparaciones frente a emergencias sanitarias y las inversiones en servicios públicos esenciales en el siglo XXI (un mes sin colectivos en Rosario).
Teniendo en cuenta este contexto complejo principalmente para los sectores más vulnerables, urge la realización de testeos masivos. Mientras más precozmente podamos detectarlos, con más velocidad se puede actuar y “apagar” los focos, evitando que progresen, muchos y de manera simultánea.
Es necesario comprender que los casos van a crecer, pero lo importante es que sean controlados para no sobrepasar la capacidad de respuesta del sistema sanitario, para cuidar también al expuesto personal de salud, a la espera de que la ciencia nos proporcione una vacuna o posibles tratamientos, que hoy por hoy parece ser la única solución definitiva.