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México: la Guardia Nacional se despliega en Veracruz por crecimiento de violencia


El gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, inició el viernes por la noche su estrategia de seguridad con el despliegue de 1.059 miembros de la Guardia Nacional en el sur del estado oriental de Veracruz, tras la masacre la semana pasada de 13 personas.

«Por las circunstancias que se padecieron, se decidió que aquí iniciemos con la primera coordinación de la Guardia Nacional, que va tener sede en Minatitlán», dijo López Obrador durante una visita a este municipio al aludir a la muerte de 13 personas el pasado 19 de abril durante una fiesta, presuntamente a manos del crimen organizado.

Ante cientos de simpatizantes, el presidente mexicano calificó de «tristes acontecimientos» y de «viles actos de cobardía» los asesinatos en Minatitlán, que generaron protestas contra su gestión y tensión de cara a esta gira por el sur del estado. «Venimos a decirles que no están solos, que tienen el apoyo de su gobierno, que este es un gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo», señaló, citado por la agencia de noticias EFE.

El mandatario defendió en su discurso la estrategia de seguridad de su administración, que está basada también en los programas de desarrollo establecidos para que no falte el trabajo en la región y en el país.

«Tengo la idea, la convicción, de que la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia», señaló el presidente, quien fue bien recibido por el público, no obstante que en los días previos hubo tensiones a raíz de los asesinatos. Y remarcó que «en la estrategia para garantizar la paz lo principal es el bienestar» porque la inseguridad no se puede resolver con la fuerza, así como no puede enfrentarse «el fuego con el fuego, el mal con el mal. El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien».

A la par de la visita de López Obrador se ordenó el despliegue de 1.059 agentes en el sur de Veracruz, una región donde las bandas del crimen organizado han actuado de manera impune los últimos años. Horas antes de la llegada de López Obrador se instalaron retenes en las ciudades de Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos, una zona afectada por secuestros, extorsiones y asesinatos.

En Veracruz, según áreas de inteligencia de la Secretaría de Marina y del Ejército Mexicano, los cárteles de los Zetas, Jalisco Nueva Generación y del Golfo están enfrentados por el control territorial. Se disputan las rutas de trasiego de drogas y de paso de migrantes, el cobro de derecho de piso (extorsión a negocios) y la industria del secuestro en una entidad de alta producción agropecuaria, petrolera y con uno de los puertos de carga más importantes del país.

Al llegar al Gobierno de Veracruz en diciembre de 2018, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez prometió disminuir en un periodo de dos años los altos niveles de violencia. Una de sus primeras acciones fue impulsar el reconocimiento de cifras de miles de personas desaparecidas, que se calcula en 5.000, y la búsqueda de fosas clandestinas.

En los últimos ocho años han sido halladas al menos 601 fosas clandestinas, con 560 cráneos y 53.606 fragmentos humanos, entre ellas la conocida como Colinas de Santa Fe, donde había 298 cuerpos sepultadas de manera ilegal.