La organización alertó sobre la situación que padecen 9.600 migrantes que viven en los centros dispuestos por las autoridades de Grecia
Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó hoy sobre las «condiciones terribles» que padecen unos 9.600 migrantes que viven en los centros dispuestos por las autoridades griegas mientras se decide sus pedidos de asilo y pidió a la Unión Europea (UE) cambiar la actual política migratoria.
Según un informe de la ONG, hay 9.600 personas que permanecen atrapadas en «condiciones terribles» en cinco centros de recepción de migrantes en distintas islas del mar Egeo.
En las clínicas de salud mental de MSF fueron tratados unos 1.370 pacientes con cuadros de estrés postraumático y depresión, de los cuales 180 -en su mayoría niños- se habían autolesionado o intentado suicidarse.
Los problemas de salud son atribuidos a las tensiones diarias, malas condiciones de vida, exposición a la violencia y el miedo a la deportación, según informó la agencia de noticias Europa Press.
«Durante más de cinco años, la política de de contener a las personas y procesar sus solicitudes de asilo en puntos críticos de las islas griegas ha creado una crisis sin precedentes y un tremendo sufrimiento humano», dijo Reem Mussa, una de las creadoras de «Construyendo crisis en la frontera europea», el informe que puede encontrarse en la web de la ONG.
Ante la posible instalación de un nuevo centro de migrantes, el coordinador de MSF en Grecia, Iorgos Karagiannis, cree que la UE y el Gobierno griego se limitan a gastar dinero en «normalizar e intensificar políticas que ya han hecho mucho daño».
Según Karagiannis, estos lugares para migrantes «no pueden venderse como una mejora de las condiciones de vida de las personas», sino todo lo contrario.
El informe de MSF sale a la luz en medio del endurecimiento de políticas migratorias en toda Europa.
Hace una semana, la Justicia del Reino Unido condenó el alojamiento dado por el Gobierno a personas que piden ser reconocidas como refugiados; en Dinamarca se aprobó un proyecto de ley para enviar a los solicitantes de asilo a un país fuera del continente; y en Francia, la Policía desmanteló un campamento de al menos 600 inmigrantes en la ciudad de Calais.