Despliegue policial «excepcional» Y el clima social y político que se respira en el país es extremadamente tenso. Las protestas comenzaron el 17 de noviembre en oposición al aumento de los impuestos a los combustibles, pero desde entonces se han convertido en un amplio movimiento contra Emmanuel Macron y en el mayor desafío de su presidencia. Para el sábado, el cuarto consecutivo de movilización nacional, las autoridades han previsto un dispositivo «excepcional» para evitar que se repitan las escenas de violencia de la semana pasada que dieron la vuelta al mundo, con coches incendiados, escaparates destrozados, lanzamiento de piedras y adoquines… Muchos de los «chalecos amarillos», llamados así por las prendas fluorescentes de seguridad que llevan puestas, se manifiestan sin violencia pero algunos se han radicalizado y sobre todo miembros de grupos de extrema derecha y extrema izquierda irrumpieron en las protestas y se enfrentan a la policía. Un total de 89.000 policías estarán movilizados en todo el territorio, de los cuales 8.000 en París, donde la Torre Eiffel y decenas de tiendas de los Campos Elíseos cerrarán por precaución, a dos semanas de las Navidades, al igual que los principales museos, incluido el Louvre. Además, por primera vez en más de una década, se desplegarán en la capital vehículos blindados de la gendarmería. «Todo indica que elementos radicales, facciosos, volverán a intentar movilizarse» el sábado, declaró el ministro del Interior, Christophe Castaner, justificando un dispositivo de seguridad «a gran escala». «Estas últimas tres semanas ha nacido un monstruo que se ha escapado de las manos de sus progenitores», afirmó.
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