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Francia y los chalecos amarillos: la "derrota humillante" de Macron


Santiago Ceron Francia está atravesando un presente agitado. El anuncio del presidente Emmanuel Macron de un aumento a los impuestos en combustibles generó una reacción que alcanzó escalas absolutamente impensadas. El movimiento llamado «chalecos amarillos» comenzó el 17 de noviembre una serie de masivas protestas que hasta el día de hoy se mantienen y que forzaron a Macron a retroceder en sus intenciones impositivas. Las manifestaciones comenzaron como un rechazo ante el alza del impuesto a los combustibles, pero ahora reflejan una exasperación social más amplia. Ante el persistente conflicto, CLG dialogó con el periodista rosarino Pablo Bilsky, analista de política internacional en la cooperativa La Masa, quien dio su visión sobre el gobierno francés y los chalecos amarillos. [caption id="attachment_109302" align="aligncenter" width="1200"] Pablo Bilsky cuenta con una basta trayectoria como periodista de política internacional[/caption] Después de violentas protestas que durante semanas transformaron las calles de París en un infierno de autos incendiados y policías que reprimían, los «chalecos amarillos» lograron que Macron retroceda y se vea obligado a suspender, al menos por seis meses, las subas de los precios del gas, la electricidad y de los combustibles. Bilsky aseguró que fue «una derrota humillante de Macron«. Y explicó: «No nos olvidemos que su primera reacción ante este movimiento fue muy violenta, se hizo el guapo y le salió muy mal. Primero los llamó vándalos y delincuentes y los mandó a reprimir ferozmente, pero después terminó convocándolos a la casa de gobierno«. «De hecho, el movimiento de los chalecos amarillos le contestó que no se iba a reunir y que no iba a suspender las protestas. Le dijeron a Macron que la suspensión es insuficiente y que ‘los franceses no nos conformamos con migajas’. Esto quiere decir que no está asegurado que esta medida desactive el movimiento«, detalló. Por otra parte, se refirió a una división dentro del gobierno francés: «Este movimiento deja muy mal parado a Macron porque muestra fisuras en su gobierno, muestra que no todos tenían la misma postura. Ni el presidente ni los medios supieron leer de qué se trataba todo esto». Este movimiento de «chalecos amarillos» es autoconvocado, se formó en las redes y creció como una bola de nieve. Por eso, Bislky asegura que es un grupo «difícil de definir»: «Es heterogéneo, multiforme, sin un programa, sin un liderazgo; es un movimiento de indignados, de rechazo a la política tradicional. Tiene ocho voceros y muchas opiniones, no tiene una sola ideología.» Y añadió: «Esto no es el movimiento obrero organizado, es gente que tiene un discurso antipolítico, que incluso tira a la derecha si hay que ubicarlo en un espectro». Al momento de explicar el surgimiento de este grupo de protesta, Bilsky se remonta a las elecciones presidenciales: «Allí se enfrentaron Macron y Marine Le Pen, dos candidatos de ultraderecha, pero uno neoliberal y el otro neonazi. Francia se vio obligado a elegir el mal menor, pero el mal mayor (Le Pen) era tan malo que opacó lo muy malo que era el mal menor (Macron)». Y añadió: «Aquí, Macron comenzó un ajuste neoliberal que Francia nunca había visto: les bajó los impuestos a los ricos, se los subió a los pobres, congeló jubilaciones, está intentando privatizar los ferrocarriles. Todo esto generó un estallido en un sector de la población de clase media, no politizada, no militante«. «El aumento de los combustibles es sólo un disparador, nunca nadie se había metido tan profundamente con el estado francés, con los subsidios y las ayudas. En Argentina estamos más que acostumbrados, pero los franceses nunca habían tenido un presidente que trate al Estado como una empresa», agregó. Por último, Bilsky se refirió a lo que se viene en esta batalla entre el gobierno francés y los persistentes chalecos amarillos, y cómo afecta a la imagen del presidente: «Hay que ver si Macron puede solucionar este problema, el movimiento consiguió una victoria con los combustibles y ahora quiere ir por todas las otras reivindicaciones«. Y concluyó: «Macron sale muy debilitado de esto, algunos ya están pidiendo que llame a elecciones».]]>