La ex coordinadora de Documentación Presidencial del gobierno de Mauricio Macri se negó a contestar preguntas en su declaración indagatoria por presunto espionaje ilegal y entregó un escrito
La ex coordinadora de Documentación Presidencial del gobierno de Mauricio Macri, Susana Martinengo, se negó hoy a contestar preguntas en su declaración indagatoria por presunto espionaje ilegal y entregó un escrito en el que negó haber formado parte de «ninguna estructura de inteligencia» de manera «legal o ilegal».
«Jamás formé parte de ninguna estructura de inteligencia ni tuve participación en ese tipo de actividad, ya sea que se haya llevado a cabo en forma legal o ilegal», sostuvo la exfuncionaria en el escrito entregado al juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Auge y al que tuvo acceso Télam.
Martinengo fue indagada a través de la plataforma remota Zoom, se negó a contestar preguntas y se remitió al contenido del descargo que presentó por escrito, explicaron fuentes judiciales.
En ese texto, dijo que las actividades de inteligencia » para la suscripta siempre conformaron un mundo inaccesible y de difícil comprensión».
«Lejos estaba yo de constituir nexo alguno entre agentes de inteligencia y el Gobierno nacional», argumentó.
Martinengo, quien habría mantenido reuniones en Casa de Gobierno con agentes de la AFI, sostuvo que «jamás» le fue requerida «función alguna respecto de información proveniente de organismos de inteligencia».
«Tareas de ese tipo se encontraban totalmente fuera de mi pequeña esfera de actuación. Es más, para el supuesto de que yo hubiese querido asumir algún rol por el estilo, no existía ninguna posibilidad de que el resultado de tales tareas llegara a altas esferas del gobierno», agregó.
Para Martinengo «escapa a toda lógica -entendida como elemento fundamental de la sana crítica-, que el presidente de la Nación o algún funcionario cercano a él, como Darío Nieto (secretario privado de Mauricio Macri), se valieran de mis servicios para lograr información proveniente de un organismo de inteligencia que se encontraba permanentemente a su servicio, pudiendo acceder directamente a los funcionarios designados a tales fines».
La exfuncionaria, una de las principales acusadas en la causa, refirió que hasta los 44 años su vida fue la de «un ama de casa tradicional, dedicada por completo a satisfacer las necesidades domésticas del grupo familiar que por entonces integraba».
«Mi rol en la Casa Rosada no estaba dentro de aquellos a los que suele asignarse gran relevancia», afirmó además al desmentir haber tenido «despacho privado» e insistió en que su puesto no era «políticamente estratégico».
Martinengo dijo que su primera declaración indagatoria en la causa la dio detenida por orden del anterior juez del caso, Federico Villena, en condiciones que le impidieron «ejercer cabalmente el derecho de defensa».
«Me vi obligada a ejercer mi derecho de defensa luego de estar 48 horas incomunicada y aproximadamente 12 horas en una pequeña dependencia del juzgado, con el grave riesgo que suponían esas condiciones en el ámbito de la pandemia que todavía perdura», argumentó y criticó la «inquisidora actitud» de quienes la interrogaron.