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María Fernanda Silva destacó el valor de las palabras del Papa para «arreglar un poquito el mundo»


En una entrevista, la actual Embajadora de la Argentina ante la Santa Sede habló del encuentro con Francisco y recordó su camino hasta su designación

María Fernanda Silva, la primera mujer en llegar como embajadora ante la Santa Sede en la historia argentina, resaltó la figura de «líder moral» del papa Francisco, consideró que «el mundo se arregla un poquito cada vez que escucha» al Sumo Pontífice y evaluó que el «riesgo» que existe una vez que sea superada la pandemia de coronavirus es que todo «vuelva a ser como era, o incluso empeore».

En una entrevista con Télam, tras presentar sus cartas credenciales al papa Francisco en el Vaticano, Silva recordó cómo fue el camino «lleno de reconocimientos» hasta su designación y reveló sus preocupaciones sobre la «nueva normalidad» que dejará la pandemia: «El riesgo es que el mundo vuelva a cómo estaba, o incluso que empeore», sentenció.

«Mi designación se dio a fines de enero, días después de que el país viviera el asesinato de Fernando Báez Sosa, matado al grito de ‘negro de m…’, en un crimen de odio racial y de clase. Son las dos Argentinas que conviven. Y es muy importante ver a cuál de las dos alimentamos», declaró Silva en la entrevista que concedió en la residencia oficial de la Argentina ante la Santa Sede, en la que recordó el crimen del joven de Villa Gesell.

En ese marco, la primera afroargentina en ingresar al Servicio Exterior de la Nación, juzgó «valiente la decisión del presidente Alberto Fernández» de elegirla y resaltó su «empeño» en ser «la embajadora de una Argentina Unida».

– Télam: ¿En su encuentro con Francisco estuvo este tema?

– Silva: Sí. El Papa celebró mucho que fuera una mujer la designada. Eso me llenó de alegría.

La presentación de cartas credenciales empezó en realidad con una oración que el Papa quiso compartir con Silva y el personal diplomático de la embajada. Luego, el pontífice miró a Silva y, entre risas, les dijo: «ahora me voy con ella a arreglar el mundo».

– Télam: ¿Pudieron arreglarlo?

– Silva: El mundo se arregla un poquito cada vez que lo escucha a Francisco. El mundo mejora cuando cristianos y no cristianos, o personas que estaban alejadas de la Iglesia dicen «él me representa». El Papa sana almas cada día. Y eso mejora el mundo.

En la reunión, a solas en medio de la Biblioteca pontificia del segundo piso del Palacio Apostólico, estuvo presente el recuerdo del santo salvadoreño Oscar Árnulfo Romero, el mártir asesinado por militares de su país el 24 de marzo de 1980, a quien Francisco beatificó un 23 de mayo de 2015, cuando Silva estaba destinada como jefa de Cancillería en la embajada ante el Vaticano, en su primer paso por Roma.

«Recordamos esa fiesta que había sido para la Iglesia latinoamericana ese momento, tan especial para los argentinos por ese fatídico 24 de marzo que nos une», planteó Silva.

En la audiencia estuvo presente también la realidad argentina. Pero «especialmente» desde una óptica. «Le manifesté la realidad de un trabajo en unidad de nuestro pueblo y de nuestro gobierno en medio de la pandemia, con el Presidente comunicando la realidad de las situaciones, cuidando a todas y todos. Cada pérdida de vida humana que hemos tenido es tremenda e irreparable, sin dudas, pero el resultado da la razón a las medidas del gobierno. Es un enfoque, el del Presidente, que pone en el centro a la persona humana, al cuidado a nuestro pueblo. Y eso se traduce en vidas salvadas», agregó la embajadora.

La situación mundial por la irrupción de la Covid-19, entre otros temas globales, también estuvo en la reunión de reencuentro entre Silva y el Papa. «Hablamos de la Comisión que creó para trabajar en la post-pandemia. Una comisión que es pensamiento y acción a la vez. (Francisco) Resaltó lo importante que es trabajar la post pandemia, y pensarla, desde ahora, de no dejar librado el futuro a lo que venga», señaló.

«Pero hay que recordar también cuál era la normalidad en la que estaba el mundo antes del coronavirus. Un mundo con cinco hambrunas en la peor situación de seguridad alimentaria desde la Segunda Guerra Mundial. Así que en algún punto el peligro es que el mundo vuelva a como estaba antes, o incluso que empeore. Hoy, según Unicef, hay unos 370 millones de niños en riesgo de hambre porque dejaron de percibir los alimentos por la situación de la pandemia», reflexionó Silva.

«La mirada de Francisco es siempre integral. Y justo este domingo se cumplen cinco años de la publicación de su encíclica Laudato si’, en la que plantea y desarrolla la necesidad de esa mirada», recordó y entendió que el Papa «es el único líder moral a nivel mundial», que «envuelve (a las personas) más allá de las creencias religiosas».

Tras la audiencia con Francisco, Silva se reunió con el secretario de Estado Pietro Parolin, a quien -dijo- le relató su visión de la situación argentina antes de la pandemia. «Recordemos que este gobierno asume en un país declarado en emergencia alimentaria, sin Ministerio de Salud, sin Ministerio de Trabajo», advirtió