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Mago Matus: «La magia empezó como un juego y terminó como profesión»


Es rosarino y hace años que es una de las grandes atracciones de Villa Carlos Paz. Sus ilusiones son celebradas en el mundo y ahora desafiará a la muerte

Es rosarino y hace años que es una de las grandes atracciones de Villa Carlos Paz. Sus ilusiones son celebradas en el mundo y ahora desafiará a la muerte

Por Mario Luzuriaga

El mundo de la magia y el ilusionismo no es para muchos. Si hay que pensar en referentes, uno es Harry Houdini, que se especializaba en el escapismo. Y más cercano se puede pensar en David Copperfield. En el país hay grandes maestros de la magia como René Lavand, o en el «puede fallar» de TuSam en los años ochenta, o el mago Emanuel. Pero hay un hombre que desde muy chico ya sabía que quería ser mago. Y es rosarino.

«Por motivos de cambio de trabajo de mi papá, dejamos Rosario y nos mudamos a Córdoba, pero la magia siempre me acompañó», inicio Matus, el ilusionista que cautiva a los cordobeses, turistas y al mundo entero por sus proezas.

Reconocido por la comunidad de la magia como uno de los ilusionistas más importantes de Latinoamérica, Matus ya ha levitado por las calles de Carlos Paz, ha escapado de una grúa a 40 metros de altura sobre el Lago San Roque y ha hecho desaparecer un camión blindado en el aire bajo una lluvia de billetes que fueron ofrendados al público que cada año se reúne en multitud para ver su gran acto de verano.

«Desde los ocho años empecé a jugar con la magia y fue por esa curiosidad que hay cuando uno es chico. Alguien que haga proezas como un bombero, para un niño es un héroe y yo creo que todo esto comenzó como un juego y terminó en una profesión», contó.

Matus cuenta que ser mago es muy caro ya que se necesitan elementos de calidad para que los trucos salgan bien. Sus inicios fueron con la manipulación de objetos.

—¿Cuándo te decidiste a empezar con las presentaciones?

—Cuando tenía 8 o 10 años los volvía locos a los integrantes de mi familia y era ya cansador, ahora que tengo hijos me imagino lo que ellos sufrieron conmigo (risas). Después tuve la posibilidad, ya mudado, de participar del Círculo Mágico de Córdoba, donde me citaron para una gala de fin de año y me preparé como si fuese un show en Las Vegas, en ese entonces tenía 15 años.

—Y nunca más abandonaste ese camino.

—Inmediatamente hice magia arriba del escenario y siempre manipulaba un montón de cosas. Es ahí donde empiezo a competir y viajo a todas partes del país, participando de varias galas y se me abrieron muchos caminos.

—¿Utilizás el humor en tus actos de magia?

—Es excelente porque muchos magos lo utilizan como un recurso. En mi espectáculo soy natural, no hago humor, yo creo que el humor tiene que estar siempre y veo cómo la gente se divierte mucho con lo que hago.

—Supongo que los viajes tanto dentro y fuera del país los aprovechaste para nutrirte en varios campos de la magia.

—Con el ilusionismo se fue dando de a poco, siempre me gustó el escenario y siempre fui fanático de David Copperfield. Yo sentía que el tipo de magia que quería hacer era ir más adelante, para dejar mi huella. Cuando uno insiste algo durante tanto tiempo después el camino se va dando solo. Gracias a la magia pude ver los espectáculos y me sirvieron para progresar.

—¿Qué pensás del escapismo?

—Es una rama que siempre me apasionó, siempre estudié mucho a Harry Houdini, pero no incursioné, solo uso el recurso porque me parece emocionante. Ahora que entramos en la era del 20, en donde Houdini brilló en esos años 20, vamos a tratar de resurgir esos momentos.

—¿Cómo es la reacción del público en cada función que hacés en Pekos?

—Por suerte hemos logrado un premio muy importante, porque somos la producción más grande de Latinoamérica. Es algo muy importante porque invertimos en tecnología y eso se ve reflejado en la gente. Me encanta terminar el show y estar con la gente que te recarga las energías que dejaste en el show. Es el mejor momento de mi carrera.

—¿Puede ser que seas el responsable de haber cometido el segundo «Robo del Siglo» en Argentina?

—(Risas) No te lo puedo decir por vía telefónica. Fue algo impresionante y todos los años apostamos a hacer algo mucho más espectacular y algo que nunca se ha hecho. Elevamos un camión de caudales, lo anclamos y se hizo la ilusión. Lo hicimos en una propiedad privada porque había una cuestión legal y lo hicimos dentro del Parque Pekos. Vino mucha gente y siempre hacemos estos desafíos un miércoles de mediados de enero.

—¿Podés alentarnos cuál será tu nuevo reto?

—Estoy filmando un documental y es ahí donde surgió la idea de que el final de eso se filme el próximo miércoles 15 de enero, y se trata de desafiar los miedos, pero esta vez vamos a enfrentar a la muerte. Va a haber un helicóptero en escena, fuego, explosiones, es algo que nunca se ha visto. El documental salió de un proyecto independiente para poder mostrarlo en redes sociales. Este desafío anual es con entrada libre y gratuita, es meramente artístico.

—¿Tenés ganas de hacer un desafío en Rosario?

—Sí, en una oportunidad quería hacer algo en Rosario, mi ciudad, pero no pudimos por algunos detalles. Prometo que lo voy a hacer por amor a mi ciudad, hacer una levitación durante un día en el Monumento a la Bandera.