El lupus es una enfermedad autoinmune y crónica que puede manifestarse en cualquier órgano o parte del cuerpo y que principalmente afecta a las mujeres, que registran el 90 por ciento de los casos.
Su sintomatología varía enormemente, por lo que dar con un diagnóstico certero puede tardar meses.
Su grado de manifestación va desde erupciones en la piel, inflamación de las articulaciones e incluso puede comprometer el funcionamiento de algunos órganos.
La mayor cantidad de casos se da en el género femenino de edad fértil, debido al exceso de producción de hormonas y por cada hombre, hay nueve mujeres que conviven con Lupus.
«Bien tratada, es una afección que permite al paciente tener una buena calidad de vida», afirma Diana Dubinski, jefa de la División Reumatología del Hospital de Clínicas.
Esta afección tiene dos fases, una aguda de brote súbito y una de remisión en la que se atenúa el efecto sobre el organismo y durante los brotes, la persona puede experimentar inflamaciones cutáneas y complicaciones renales o pulmonares, entre otras.
«No podemos hablar de cura pero si de control, a partir de un seguimiento con uno o varios especialistas. El Lupus es una afección muy clínica, puede presentarse en cualquier consultorio», señala Dubinski.
Por ello, la especialista destacó que «es muy importante que la propia comunidad médica adquiera conocimiento y sepa de las formas de diagnóstico».
Por tanto, será uno de los temas centrales del próximo Congreso Internacional de Medicina Interna del Hospital de Clínicas, que se realizará en Buenos Aires del 14 al 17 de agosto.
«Pensar el lupus como una afección multidisciplinaria facilitaría su detección a tiempo y el éxito en su tratamiento», sostiene la especialista.
Es una enfermedad silenciosa, por lo que Dubinski recomendó «consultar precozmente ante cualquier tipo de síntoma que perdure en el tiempo: fiebre prolongada, cambios en la piel, caída del cabello, cansancio, inflamación de las articulaciones y otras pequeñas molestias asociadas».
Una cuestión a tener en cuenta es la radiación UV ya que «al recibir rayos solares se puede despertar un brote».
«La protección debe llevarse incluso cuando llueve o está nublado, ya que los efectos nocivos de los rayos UV no son exclusivos de los días soleados», advirtió.
La educación resulta crucial, ya que la afección tiene un componente del sistema nervioso central y periférico.
«A menudo las personas afectadas sufren cierta disfunción cognitiva, algunas alteraciones en la ideación y en la memoria.
Resulta muy importante conocer la enfermedad lo máximo posible» concluyó Dubinski.