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Luego de las protestas opositoras y los disturbios en Paraguay, la ONU repudió la represión


"El coordinador Residente de las Naciones Unidas en Paraguay y las Agencias, Fondos y Programas de la Organización que cooperan con el país expresan su profunda preocupación por los hechos de violencia", expresó la ONU

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) repudió hoy la represión contra las protestas opositoras y los disturbios en los que desembocaron algunas de ellas en Paraguay desde el viernes pasado, y exhortó «a la búsqueda de soluciones en beneficio de toda la sociedad, dentro de un marco institucional y democrático».

«El coordinador Residente de las Naciones Unidas en Paraguay y las Agencias, Fondos y Programas de la Organización que cooperan con el país expresan su profunda preocupación por los hechos de violencia que causaron heridos y perjuicios materiales en la noche del viernes 5 de marzo en Asunción», expresó la ONU en un comunicado difundido en su cuenta de Twitter.

En paralelo, se pronunció el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, quien sostuvo esta mañana durante la misa principal que “un oscuro nubarrón se dibuja peligrosamente en el horizonte» de la patria.

Los dos pronunciamientos se dieron dos días después que el Gobierno reprimiera protestas opositoras y dejara más de 21 heridos y un día después de que el presidente Mario Abdo Benítez se viera obligado a hacer cambios en su gabinete.

El mandatario removió a tres miembros de su Gobierno y prometió más cambios en el Ministerio de Salud y «escuchar» a la ciudadanía que se movilizaron el viernes y ayer, y desnudaron una doble crisis epidemiológica y política.

El presidente confirmó la salida del ministro de Salud, Julio Borba, que ya se conocía, y sumó la del ministro de Educación, Juan Ernesto Villamayor; de la ministra de Mujer, Nilda Romero; y del ministro del Gabinete Civil, Juan Ernesto Villamayor.

En este contexto de tensión social, el organismo internacional llamó a promover el diálogo pacífico y a respetar el orden constitucional.

«Al tiempo de renovar su compromiso con el desarrollo inclusivo y sostenible del país, y su apoyo al Gobierno paraguayo en la lucha contra la pandemia de la Covid-19, las Naciones Unidas instan a las autoridades, a los sectores políticos y a toda la ciudadanía a rechazar cualquier tipo de violencia, a respetar el Estado de Derecho, y a mantener y consolidar las condiciones necesarias para el diálogo pacífico», tuiteó.

El organismo también «exhorta a la búsqueda de soluciones en beneficio de toda la sociedad, dentro de un marco institucional y democrático, en el largo camino de recuperación de la pandemia».

«Es imprescindible seguir cuidándonos entre todas y todos, sin bajar la guardia ante el virus, manteniendo al máximo los cuidados ante la situación epidemiológica del país y sin recurrir a la violencia», concluyó el comunicado.

En las últimas horas, también se pronunció el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela.

«Es el anuncio de algo relevante. Puede ser el inicio de un camino distinto que la gente quiere recorrer con seguridad y garantía, con justicia y paz, ambos valores postergados por ya demasiado tiempo”, afirmó, citado por el diario ABC.

Sin embargo, la violencia institucional parece no cesar.

Anoche, poco después de que Abdo Benítez informara sobre los cambios en su gabinete, los manifestantes se congregaron nuevamente frente a la Asociación Nacional Republicana, y marcharon hacia Mburuvicha Róga (residencia oficial).

Allí, la Policía reprimió a los ciudadanos con gases lacrimógenos y disparos con balas de goma, y al menos ocho personas fueron detenidas, según informó el diario Última Hora.

Paraguay se encuentra en máximos históricos de contagios, con más de 1.500 nuevos casos diarios y más de 300 pacientes ingresados en unidades de terapia intensiva, por lo que el sistema sanitario se encuentra bajo una enorme presión.

El Gobierno admitió recientemente que había escasez de medicamentos para tratar a pacientes de coronavirus y que casi todas las camas de terapia intensiva de los hospitales públicos estaban llenas.

El país acumula 165.811 casos y 3.278 muertes desde el inicio de la pandemia.