Espectáculos

#EntrevistaCLG

«Los Tabaleros», un grupo que le agrega un toque especial al folklore


Por Mario Luzuriaga

«Los Tabaleros» es una banda de folklore formada por jóvenes porteños, hijos de provincianos, que hace más de una década se dedican a (re)interpretar el folklore, acercándolo a las temáticas de sus vidas y sus fantasías.

Así, además de haber compartido escenario con grandes figuras del folklore como Vitillo Ábalos y Juan Carlos Saravia, también tocaron en típicos escenarios del rock porteño como «Café Vinilo» y compartieron fecha con bandas de folk, rock y pop, géneros con los que comparten hibridaciones y melodías.

Este jueves llegan a Rosario para presentar «Chuy», su cuarto disco que remite a una provincia imaginaria, sensual y colorida. Beto Martínez, su voz principal, habló con CLG acerca de su presentación en Rosario.

—¿Por qué se les dio arrancar con el folklore?

—El folklore siempre estuvo en nuestras casas, se escuchaban «Los Fronterizos», «Los Chalchaleros», Falú, entre otros. Mi viejo tocaba la guitarra y teníamos esas sobremesas musicales criollas, que trascendían cuando la escuchábamos en el walkman, discman o el mp3. A diferencia de rockeros, nosotros no fuimos contra culturales y chupamos todo eso de nuestros padres.

—Está bueno poder fusionar ese folklore que viene de la familia con lo que es la «música moderna».

—Nosotros tenemos el placer de haber contribuido de una voz distinta al folklore, para nosotros no es un género que se use para un acto de baile, sino que es un lenguaje y un sentimiento de raíz que se puede trabajar en canción y se puede trabajar tranquilamente.

—¿Tienen alguna devolución de los grupos tradicionales de folklore para con ustedes?

—La verdad nos ven como extraterrestres, pero al mismo tiempo nosotros, si bien estamos locos con lo que hacemos, seguimos siendo tradicionales, nuestro sonido, como primera línea, son las guitarras y el bombo. Somos una banda de folklore que traemos una propuesta alternativa.

—¿Esta nueva impronta hace que lleguen nuevos seguidores?

—En ese sentido está bueno que nosotros seamos un trampolín para que a los jóvenes les pique el bichito de conocer nuestras raíces. El folklore trasciende más allá de lo que se ve en la tele y que hay un montón de composiciones maestras que iluminan a la gente.

—¿Cómo reacciona el público en sus recitales?

—Logramos una empatía muy profunda con el público porque nos entregamos el 200%. Esto tiene que ver con una forma de interpretar el folklore que quizás nos parece la más rockera de todas. En esa entrega la gente se siente atraída y lo disfruta. Creemos que no hay nada más interesante que nuestra cultura, a pesar que disfrutamos la de otros.

—¿Qué nos vamos a encontrar en «Chuy»?

—»Chuy» nace como una contraposición a nuestro tercer disco que es «Tuy», y el jueguito de palabras viene del Quechua; «Tuy» representa al calor y «Chuy» al frío. Ese color del frío lo pasamos al fresco, porque nosotros somos una banda que vive a pleno verano y el frío lo imaginamos como una cerveza bien fría en una bombucha que explota en el cuerpo de un amigo.