CLG recorrió el centro de la ciudad, otra vez sin transporte urbano de pasajeros por tiempo indeterminado. La mayoría de los encuestados cree que "está bien que reclamen", pero no a costa de los demás ciudadanos
A la cero hora de este jueves, los choferes de colectivo de Rosario, nucleados en UTA, iniciaron un nuevo paro “por tiempo indeterminado”. La decisión fue tomada ante un nuevo incumplimiento del acuerdo al que habían llegado desde el gremio con autoridades y empresarios. El reclamo de los colectiveros lleva meses y, si bien los rosarinos consideran que tienen derecho a exigir lo que les corresponde, se ven gravemente afectados por la imposibilidad de movilizarse.
CLG recorrió el centro de Rosario, preguntando a los ciudadanos su opinión sobre la medida de fuerza y a quién creen que le pesa la responsabilidad de terminar con la problemática, que ya se está tornando insostenible, tanto para los trabajadores que no cobran sus salarios como es debido, como para la gente que no puede moverse.
“Una desgracia para la gente que trabaja, es la única afectada”, dijo una de las encuestadas. “Al Estado no le importa la clase trabajadora, que tiene que tomarse un taxi o buscar alguien que lo lleve. Ellos se manejan en vehículos oficiales, no creo que les interese mucho. Excepto que la gente se movilice por sus derechos, sino no les va a importar”, añadió.
Casi todos los consultados coincidieron en la necesidad de los colectiveros de parar por sus salarios, pero “hay que tomar más conciencia y ayudarnos unos a otros, como lo está haciendo este gobierno, que me parece que está tomando decisiones excelentes”, expresó otra rosarina.
Los encuestados también hicieron referencia a la necesidad de que lleguen más subsidios de Nación. “El Estado aporta un subsidio a las empresas, pero creo que lo están haciendo solo en Buenos Aires y Santa Fe no es tan rica como Buenos Aires”, aseguraron.
“Una ciudad como Rosario no puede quedarse sin transporte. El paro perjudica a la gente que sale a laburar. Es el Estado el que tiene que solucionarlo. Si se compromete a que les va a pagar, tiene que hacerlo. La gente no sabe de dónde sacar el peso para poder pagar un taxi, no es así”, analizó preocupado otro hombre.
“En un país democrático, la responsabilidad es de todos”, afirmó un encuestado. Mientras que otro, concluyó: “La gente siempre queda en el medio, como rehén. Uno apoya el reclamo salarial que hacen, pero la gente de los barrios más alejados queda aislada”.
Todos los rosarinos están a la espera de ver pronto en el horizonte una solución favorable para los trabajadores del transporte, como para todo el resto de los ciudadanos que necesitan llegar a sus empleos cada día.