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Los Ratones Paranoicos y los 40 años de trayectoria: «Los Beatles hicieron una gran labor, pero causaron mucho daño»


"Hemos cumplido todos los objetivos porque nunca los tuvimos", sostiene Juanse. El cantante y líder de la banda

Los Ratones Paranoicos preparan su «Última Ceremonia Tour», el gran show que marca la despedida de una banda que lleva 40 años de trayectoria arriba de los escenarios. Será el próximo 14 de septiembre en el Estadio Vélez.

En una entrevista con la agencia Noticias Argentinas, Juan Sebastián Gutiérrez, más conocido como «Juanse»; Pablo «Sarcófago» Cano, Rubén «Roy» Quiroga y Pablo Memi hablaron sobre las expectativas que tienen para el recital, recordaron anécdotas divertidas y opinaron de la música actual.

Desde el concierto en Cemento frente a 500 personas, la vez que vendieron siete tickets para presentarse en un bar de las calles Córdoba y Godoy Cruz hasta cantar con Keith Richards (1992) y ser teloneros de los Rolling Stones (1995), los Ratones Paranoicos repasaron sus inicios en el circuito under y cómo construyeron su camino.

El 13 de enero participaron del Festival Bum Bum de Córdoba y en febrero del Festival Confluencia en Neuquén. El 20 de abril se presentarán en el Cosquín Rock Uruguay, en la ciudad de Montevideo.

«Hemos cumplido todos los objetivos porque nunca los tuvimos», sostiene Juanse. El cantante y líder de la banda, de 61 años, asegura que las dificultades que tuvieron a lo largo del camino «fueron enfrentadas como anécdotas, un poco tragicómicas».
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NA: – El 14/9 es el gran show en Vélez y la gira se llama «Última ceremonia tour». ¿Qué expectativas tienen? ¿Es una despedida? ¿Un chau y hasta luego?.

Juanse: – Son cosas que se manejan desde las productoras, siempre hay que poner un leitmotiv. Yo creo que como última ceremonia está buena porque en Buenos Aires va a ser la última seguramente (en septiembre termina el año). Después de este show vamos a necesitar algo más para recuperarnos.

NA: – ¿Qué balance pueden hacer de estos 40 años de trayectoria? ¿Cumplieron objetivos?.

Juanse: – Hemos cumplido todos los objetivos porque nunca los tuvimos. Se fue aclarando con el tiempo nuestra dinámica.

Obviamente no somos un «monstruo de cuatro cabezas», tenemos diferentes formas de ver las cosas. Pero con la perspectiva de no hacer mucho revisionismo hemos acertado desde el punto de vista de cómo manejar la imagen del grupo, la conclusión de los trabajos.

Vos pensá que somos una banda que tiene 40 años. Dentro del repertorio que hacemos, el contenido sigue perteneciendo en parte al primer álbum (Ratones Paranoicos – 1986), al segundo (Las chicas quieren rock – 1988), al tercero (Furtivos – 1989), al cuarto (Enlace – 1989). No hemos sido una banda que entró al estudio sin justificación. Al principio sí fue una banda que produjo un cambio en la actividad cuando estábamos en el circuito underground, creo que lo más importante fue que expresamos primero a través del disco la propuesta y después como resultado siguió funcionando de acuerdo a la expectativa que generó en vivo. Somos una banda en vivo.

Tocamos juntos, grabamos juntos. No sé cuántas bandas hoy en el mundo tienen todo el repertorio grabado en el estudio. Creo que eso podría llegar a formar parte de lo que el público entiende como vigencia. Tuvimos a grandes productores, entre ellos Joey Blaney, pero Gustavo Gauvry y Andrew Lood Oldham marcaron nuestra personalidad, que si bien ya la teníamos cuando empezamos a trabajar, ellos hicieron que eso se fuera puliendo y nosotros adquirimos -dentro del ámbito que nos gusta estar que es ensayo, el estudio, el escenario- esa comunicación que ya es absolutamente tácita.

NA: – ¿Tuvieron dificultades a lo largo del camino para llegar hasta acá?.

Roy Quiroga: Uh, infinitas. Hoy sobre todo, no hay para estacionar. Tres pisos por escalera .

Juanse: – Si hoy tuvimos dificultades, imaginate durante 40 años (entre risas). Dificultades siempre. Lo que pasa es que nosotros las hemos enfrentado como anécdotas. A la distancia, son un poco tragicómicas.

NA: – ¿Una que nos puedan contar?.

Sarco: – Son 40 años que fuimos desarrollando una inmadurez total.

Juanse: – Hay muchas, para este Vélez cuento una sola.

Roy Quiroga: – Venezuela.

Juanse: – No no, Venezuela es buena. Con esta anécdota te das cuenta de la contingencia de las cosas, ¿no? Pero cuando empezamos a llenar lugares para 200 personas, 300.

NA: – Fueron a Cemento también.

Juanse: – En nuestro primer Cemento fueron 500. Terminamos haciendo dos Cementos de 2.800 cada uno. Estábamos en esa etapa en la que decís «ya picó, ya empezamos», era ese afán de tocar todos los fines de semana. Por ejemplo fuimos a un hermoso lugar que quedaba en Córdoba y Godoy Cruz y yo siempre compraba un talonario de rifas de 100 números. Para nosotros eso era importante porque ya teníamos asegurado un público de entre 80 y 200 personas. Fue un pequeño progreso.

El lugar no tenía ascensor, era una escalera de mármol altísima. Llegó la noche y vendimos 7 tickets. Fuimos, nos cambiamos, en realidad fuimos cambiados porque vivíamos así vestidos. Y tocamos igual como si fuera un show normal de la semana anterior con 200 personas.
Roy Quiroga: – ¿Se acuerdan que el dueño se fue? «Les dejo el lugar para ustedes y la barra», nos dijo.

Juanse: – «Yo me tengo que ir muchachos». Hasta ni el dueño se quedó. Son cosas que siempre guardo como experiencia y nosotros estábamos convencidos porque lo hacíamos bien, entregamos todo lo que sabíamos y todo lo que teníamos. Tampoco es que había una súper lista de material porque inclusive en esa época hacíamos covers y si no quedaba un poco corto el show.

¿Qué pasó? La dinámica, algo que pasó ese día, el lugar estaba evidentemente mal ubicado porque no existe más ni la puerta. Es algo inexplicable que nos ocurrió. Sin embargo, ese año crecimos un montón. Fue el año del Cemento de las 500 personas.

Hubo una vez que fuimos a un velódromo y nos dijeron «ojo que pueden llegar a venir 4.500 personas». La última vez que vi esa cantidad fue en la cancha de Estudiantes de Caseros. Interiormente sabía que no iba estar ese número de gente y hubo 24 mil personas.

Se les fue totalmente de las manos, la Policía se fue a nadar a los Lagos de Palermo. Fue un escándalo de gente. Las bandas anteriores metían entre 3 mil, 4 mil personas. Ese fue nuestro antes y después.

Una amiga mía me hizo un pantalón que era como un mantel de bautismo y yo me tiraba al público. El borde del escenario era una palangana de cemento, me tiro (¡24 LUCAS!) y quedé sumergido con 80 personas encima. Dos veces intenté levantarme, imaginate la desesperación Cuando dejás de escuchar lo que pasa afuera y tenés la gente encima no podés respirar.

Sarco: – Lo salvó la gente. Guardavidas.

Juanse: – La tercera vez que intento reincoporarme me deje llevar, dije «si me muero, me muero», quedé enterrado vivo. Esperé a que suceda un milagro. Me pasó algo terrible. Teníamos un asistente apodado «cascarón» (un rubio flaco largo). Cuando estoy abajo de todos se abre como un triángulo de gente y veo un ojo de este pibe que metió su brazo largo y salí. Estaba re contento, me puse a tocar y estaba con el orto al aire, me sacaron todo y si me daba vuelta todos decían, «¡Eeeh!».
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NA: – Ustedes fueron teloneros de los Rolling Stones. ¿Cómo recuerdan ese momento?.

Juanse: – Estábamos emocionados. En mi caso tenía una idealización sobre Keith Richards y Mick Jagger. Yo dije «a estos los tenemos que aplastar, destruirlos». Cuando toca un grupo internacional el estadio empieza a llenarse a las 18, 19. Íbamos temprano a tocar. Terminaba el show de Ratones y el de los Rolling empezaba 21, 21:15 puntual.

Sarco – Era la primera vez que venían.

Juanse: – Yo cuando me fui para la derecha del escenario jamás pensé que me iba a mover en el monitoreo. Eso pasó porque nos habían el sistema de sonido y de filmación. Las seis noches que tocamos fueron increíbles. Fueron cinco acá y después nos llevan a Chile. Como experiencia fue algo fundamental.

NA: – ¿Qué sorpresa tiene preparada para Vélez?.

Juanse: – Muchas, por ejemplo el sistema de sonido que vamos a usar. La sensación de escuchar el sonido con la tecnología de hoy se adapta al estilo de música actual. En cambio, escuchar rock and roll con la nueva tecnología va a impactar porque está distribuida de un modo vintage. Estamos acostumbrados a ir a un show y escuchar el sonido de frente y no un sonido envolvente que abarque todo el estadio. Con solamente venderle la entrada a los 10 mil ingenieros de la Capital Federal ya llenamos el estadio.

NA: – ¿Qué opinan de la música urbana, del trap? ¿Les gusta?.

Juanse: – Está bien, hay que aceptar porque nosotros también tuvimos esa dificultad. Cuando empezamos éramos los «mandriles de la caza», no nos quería nadie. Era difícil aceptar que el rock and roll tenía otro formato (american british). The Beatles hicieron una gran labor, pero también causaron mucho daño. Hicieron creer a mucha gente que podían hacer lo mismo que hacían ellos sin estudiar y sin saber tocar.

En Argentina, te doy una idea discográfica real: los Stones discográficamente hasta que no aparecimos nosotros nunca habían superado las 20, 30 mil unidades que, en la época del esplendor de la industria discográfica, no era nada. Era como las siete entradas de Godoy Cruz.

Aparte nunca nos parecimos a ellos ni física ni musicalmente.

Teníamos otras influencias. Nos asociaron bastante porque acá no eran conocidos Humple Bie, Faces. Los Sex Pistols eran conocidos de nombre pero nadie los escuchaba realmente en profundidad.

Nosotros éramos una banda más…New York Dolls por decir de alguna manera.

Se nos asociaba porque también nos gustaban. Acá hay un denominador común que es el rock and roll. Elvis, Jack Berry, Jerry Lee Lewis, los Stones, Los Beatles hacían rock and roll, nosotros hacemos rock and roll, ¿cuál es la diferencia entre todos ellos? uno era más folk, más melódico, otro era negro, el otro era blanco pero no se podía parar, etc. Y nosotros impusimos ese rock and roll con ese tipo de mezcla de sonido. Eso nos despegó totalmente del resto.

Esa diferencia que se rechazaba no era por parte del público sino por parte de los medios. Pienso que hay que darle oportunidad. Todo se soluciona con un curso acelerado de 1º, 2º, 3º año de secundaria.