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Los lácteos ¿son necesarios durante el embarazo?


Una buena alimentación durante el embarazo es esencial para el buen estado de salud del futuro hijo y de la propia madre y además, es clave para aliviar algunos trastornos frecuentes de esta etapa. 

La licenciada en nutrición Silvina Tasat, vocal Titular de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y del Consejo Asesor del Foro para la Alimentación Nutrición y Salud (FANUS) Bolsa de Cereales, destacó la importancia de saber cuáles son los nutrientes que se deben incorporar a la dieta. 

«Hay tanta información en publicaciones y redes sociales que es importante ser claros al respecto: las proteínas, el calcio el hierro, el ácido fólico, el zinc, y la vitamina A son los nutrientes esenciales que deben incorporarse durante este período», puntualizó Tasat. 

La especialista destacó que si bien son múltiples los nutrientes que forman parte de un plan alimentario equilibrado, «la incorporación del calcio es clave durante el embarazo y el periodo de lactancia», ya que «el bebé en desarrollo necesita del calcio para formar huesos y dientes, así como también para el desarrollo de su corazón, nervios y músculos». 

En ese sentido, la experta en nutrición indicó que «el consumo adecuado de calcio por parte de la mujer embarazada puede reducir el riesgo de hipertensión arterial e incluso de preeclampsia, una complicación propia de las embarazadas asociada a la alta presión». 

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Lácteos durante el embarazo ¿sí o no? . . 

Los productos lácteos juegan un papel fundamental durante el embarazo y la lactancia ya que nos aseguran un adecuado aporte de energía, proteínas de alto valor biológico, son fuente de aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B, calcio y vitamina D, entre otros nutrientes. 

«Su consumo diario brinda beneficios tanto para la madre como para el crecimiento y desarrollo fetal, para alcanzar un buen peso al nacer y para la correcta nutrición de los primeros mil días del niño, que abarcan desde la gestación hasta los dos años de vida, fundamentales para la salud futura del niño y del futuro adulto», remarcó la nutricionista. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial y las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) a nivel nacional, recomiendan el consumo de 1200 miligramos de calcio por día, a partir del segundo trimestre del embarazo y durante todo el período que dure la lactancia materna. 

Ademas, Tasat señaló que «una ventaja adicional de los lácteos es que la vitamina D, proteínas y lactosa que contienen favorecen la absorción del calcio». 

«El calcio proveniente de los productos lácteos posee una elevada biodisponibilidad en el organismo, lo que significa que una alta proporción del calcio consumido, es absorbido y aprovechado por el cuerpo, beneficio que no encontramos en alimentos ricos en calcio de origen vegetal. Es importante tener en cuenta que si no se cubren las necesidades diarias de calcio, éste se tomará de las reservas óseas y dentales de la mujer gestante, pudiendo ocasionar daños en su salud futura», concluyó.