Una nueva terapia para el linfoma de Hodgkin, que «venía tratándose de la misma manera hace 40 años», fue aprobada recientemente por la Anmat. La misma demostró que, combinada con quimioterapia, puede «reducir un 23% el riesgo de progresión, muerte o necesidad de otra terapia oncológica en pacientes en estadios avanzados», informaron este miércoles fuentes sanitarias.
«La incorporación de esta alternativa terapéutica como primera línea de tratamiento muestra que puede usarse con las combinaciones de quimioterapia convencionales, sumándoles eficacia y aumentando el potencial de curación«, afirmó Martin Hutchings, integrante del Departamento de Oncohematología del Centro Finsen del Hospital de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, quien visitó nuestro país recientemente para participar de un encuentro médico.
El especialista detalló que según estudios realizados en 1.334 pacientes con linfoma de Hodgkin avanzado, la nueva terapia, brentuximab vedotin -que ya estaba aprobada en el país para etapas posteriores de tratamiento-, logró reducir un 23% el riesgo de progresión, muerte o necesidad de terapia anticancerígena adicional, lo que representa «resultados sin precedentes».
Los linfomas son enfermedades oncohematológicas en las que se da un crecimiento anormal de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco encargado del control de las infecciones y otras agresiones externas.
Sus principales síntomas son agrandamiento o hinchazón de uno o más ganglios linfáticos en cuello, axila o ingle, fiebre prolongada, sudoración profusa durante la noche y pérdida involuntaria de peso (al menos 10% en seis meses).
En los estadios iniciales, la tasa de curación es muy alta (cercana al 90%) con quimioterapia convencional, por lo que la nueva opción terapéutica se utilizaría en los estadios más avanzados de la enfermedad y ante pronósticos desfavorables.
«Poder usar esta medicación en primera línea representa mayor eficacia en pacientes con enfermedad avanzada, aumentando las tasas de curación, en especial en quienes no pueden someterse a regímenes más intensivos, por la edad o comorbilidades», completó Hutchings.
Estadísticas internacionales sugieren que se dan anualmente 2,5 casos de esa patología cada 100.000 habitantes, lo que en Argentina representaría alrededor de 1.000 nuevos casos por año.
Asimismo, según datos de la Sociedad Argentina de Hematología, esa enfermedad, que venía tratándose de la misma manera hace 40 años, se presenta con mayor frecuencia en adolescentes, adultos jóvenes (entre los 15 y 30 años) y adultos mayores de 55 años.