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Libros, lectores, escapes e identificación: los rosarinos y el Día Mundial de la Lectura


Foto: Fernando Der Meguerditchian

Cada 7 de marzo, con motivo de erradicar el analfabetismo, se busca motivar la lectura en todo el mundo. CLG habló con libreros y lectores: "Lo importante es que creen un hábito", sostuvieron

Por Gonzalo Santamaría

El origen del Día de la Lectura invita a toda la población a leer libros y llegar a tomarlo como un hobby o una afición más. Se celebra todos los 7 de marzo para crear conciencia de que en el mundo hay más de 700 millones de personas analfabetas. También se pretende generar conciencia en los adultos sobre la importancia de la lectura, para así estimular a los niños a descubrir la pasión por la literatura.

Un café recién servido y un buen libro parece el plan perfecto de una persona mientras ve caer las primeras hojas de una tarde de otoño. O bien unas vacaciones donde el primer compañero sean las líneas de un autor favorito. ¿Por qué no una larga ruta junto a la novela que nunca terminaste? Leer tiene distintos momentos y se puede disfrutar de diversas maneras. Siempre, pero siempre, a gusto del lector.

CLG recorrió distintas libreras de Rosario y habló con algunos lectores sobre la importancia del libro en la vida cotidiana.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Estanterías llenas de historias es lo primero que uno encuentra cuando ingresa a uno de estos locales y cientos de ofertas le llaman la atención. Pero uno reflexionó ante CLG: «Cuando se lee se buscan inquietudes personales, reconocimientos, reflexión y ayuda y en cualquier caso cada lector cuando lee es su búsqueda». Y siguió: «La lectura da placer, siempre es encontrarse a uno mismo».

Siguiendo con sus palabras señaló que la pandemia provocó mayor tiempo de lectura en aquellos que ya tenían el hobby y fue claro a la hora de recomendar: «Que la gente lea lo que quiere. Lo importante es que creen un hábito».

Una de las vendedoras indicó que lo que los clientes buscan es «evadir y salir un poco de la rutina» y que si bien la «situación económica no ayuda a leer», semanas antes de la pandemia las ventas se incrementaron. También explicó que los libros virtuales o en PDF no están tan «inculcados en Argentina».

Foto: Fernando Der Meguerditchian

En otro local explicaron la metodología a la hora de ofrecer autores o libros, sin embargo remarcaron la grata sensación del agradecimiento que reciben con los primeros lectores: «Si es alguien que viene por primera vez recomendamos y es muy lindo cuando vienen y te dicen que estuvo bueno».

Para el encargado del local «las redes agilizan la venta y la pandemia motivó el delivery de libros» y marcaron que «el factor económico no es una excusa para comprar un libro».

Por último, el hombre consultado por CLG habló de una problemática que está presente: la falta de hábitos. Y destacó que ve a «muchos niños que leen y ahí es fundamental la labor de la familia y de la escuela».

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Otro de los lectores que dialogó con este medio volvió a retomar la idea de singularidad en los libros: «Uno se identifica con el libro o con el autor».

Y se negó rotundamente a los libros en formato virtual: «Una vez un autor dijo porqué el libro tenía que ser en papel y no en la pantalla, porque en la pantalla no se puede llorar».

La última librería que CLG pisó fue una de «usados». Una magia distinta a la hora de leer y encontrarse con uno mismo. En estos lugares se buscan autores clásicos como Borges o Cortázar, también algunos estadounidenses, pero, expresaron desde el local, generalmente las consultas que llegan son de «libros agotados».

«En la librería de viejo muchas veces viene la gente y lo huele, le mira el formato, qué tipo de hoja o encuadernación», contó el vendedor.