En los últimos días tuvo lugar un intenso debate en Santa Fe respecto de si la provincia debe adherir o no a la Ley 27.348 sobre Riesgos del Trabajo. Diferentes actores locales reclaman el tratamiento de la norma, que se encuentra varada en Diputados, pero con media sanción en el Senado provincial desde hace casi 3 meses.
La discusión sobre el proyecto fue levantando temperatura en este último tiempo y generó acusaciones cruzadas en la legislatura provincial. Esta semana, el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti, cuestionó en duros términos a los senadores por las reformas introducidas en la iniciativa.
«No se puede hacer una ley para satisfacer solamente a una parte, que ni siquiera son los industriales. Porque la ley que se modificó en el Senado, favorece a las ART (Aseguradoras de Riego del Trabajo)», denunció el ex gobernador en diálogo con Radio Universidad. «La ley fue modificada a espaldas del acuerdo que habíamos logrado con industriales, sindicatos y abogados laboralistas. Quiero que se diga esto con todas las letras: la modificación del Senado fue vergonzosa», disparó. El texto fue aprobado con votos unánimes el 4 de julio, luego de varios pedidos públicos del presidente Mauricio Macri, para que la norma fuera sancionada.
En ámbitos legislativos no son pocos los que piensan que el proyecto ya tiene destino de cajón. Sin embargo, el propio Bonfatti dijo que pretenden que la iniciativa no pierda estado parlamentario, justamente, para que el texto se pueda modificar. «Hoy de los 50 diputados, 42 como mínimo están en contra de lo que salió del Senado y lo que hemos dicho es que el proyecto siga teniendo estado parlamentario para retornar al proyecto original y que pueda volver a la Cámara alta».
Uno de los que se opone a la ley es Carlos Del Frade, del Frente Social y Popular, quien en diálogo con CLG aseguró que el proyecto “subordina el derecho constitucional de reclamar ante la Justicia a los intereses de estas empresas”.
En este sentido, argumentó que “hoy hay un accidente laboral cada dos minutos en Argentina y un trabajador pierde la vida cada doce horas”. Y concluyó: “En lugar de invertir en prevención, las grandes empresas se lavan las manos”.