David Gustafsson relató desde la capital de Ecuador cómo se viven las masivas marchas en contra del gobierno de Lenín Moreno
Ecuador está atravesando días de mucha tensión social y política con miles de personas abocadas en las calles protestando en contra del gobierno de Lenín Moreno y sus últimas decisiones, vinculadas, principalmente, con el ajuste económico. El jueves se confirmó la quinta muerte en medio de las manifestaciones, donde el pueblo y la Policía chocan violentamente.
David Gustafsson es un fotógrafo rosarino que reside en Quito hace dos años. Desde uno de los sectores más calientes del país, dialogó con CLG sobre cómo es vivir las protestas desde allí, las sensaciones que produce y también hizo un análisis de lo que sucede en Ecuador.
El «paquetazo» de medidas que lanzó Lenín Moreno, entre ellas la cancelación de los subsidios al combustible, hizo estallar la paciencia de los sectores bajos de la población, que desde hace más de un año sufren con las políticas de un modelo neoliberal.
«Cuando se lanzó el ‘paquetazo’ se notó que algo raro había, que estaba muy bien pensado todo. Él (Moreno) ya estaba en Guayaquil, recluido en una base militar y fue todo muy rápido, no se dio tiempo de reacción. Nadie se lo esperaba», resumió.
«Históricamente, los primeros que se levantan aquí son los indígenas. Ellos ya se cargaron cuatro gobiernos y son un poco los héroes nacionales. Y como estas medidas repercuten en la clase media y pobre, que son mayoría en Ecuador, era de esperarse que comenzaran las protestas. También hay muchos estudiantes movilizados», comentó sobre los inicios de las marchas.
«A Quito seguían llegando comunidades indígenas de todos lados, pero si bien son muchos, parece que está todo muy pergeñado por Moreno, que está negociando con los distintos sectores para aplacar la situación. El primero que se había alzado fue el gremio de transportistas, que fue el primero que tranzó y se bajó de la protesta», comentó.
«En Quito hay una sensación muy rara». Esa fue la frase que utilizó el reportero gráfico para explicar cómo se viven estos últimos días. Gustafsson afirmó igualmente que la realidad cambia dependiendo del barrio de la ciudad, y la «posición social». «Yo vivo cerca de la Universidad, en una zona que está un poco alejada de la del conflicto, y es como si no pasara nada», agregó.
«Hay mucha gente que no se entera ni apoya, los medios están comprados por el gobierno. Otros fueron intervenidos. El blindaje mediático es tremendo», especificó David.
Sobre la situación propia que se da en las calles, aseguró que el toque de queda decretado por el gobierno «ayudó» a que por las noches, no hubiera más manifestaciones y sea todo «más calmo». Pero durante el día, «es bastante grave».
«Hay mucha gente, también hay muchos indígenas que están llegando a Quito, o luchando en sus provincias. Y lo militares están en la calle, reprimiendo muy fuerte», denunció. «El jueves estuvimos en La Salesiana una universidad donde reciben donaciones y ayudan a nivel enfermería a los heridos y tiraron gases ahí adentro también», describió.
«Las fuerzas militares largaron un comunicado diciendo que no se hacían cargo las consecuencias de los civiles que estén en las calles luego del toque de queda», contó el fotógrafo.
«Mataron a chicos jóvenes, algunos no tenían nada que ver. Hay detenidos que no se sabe que pasa con ellos», acusó.
«Todo esto da tristeza»
Saliendo de los detalles específicos de las marchas en sí, Gustafsson describió cómo siente él lo que ocurre en las calles, sin ser nativo de Ecuador.
«Si bien se veía venir que las políticas (por las del gobierno de Moreno) podía llegar a producirse esto en la gente, se dio todo muy rápido. Da tristeza, porque ver lo que le hacen al país y a la clase trabajadora y baja, que es la mayoría, es tremendo», se sinceró.
«Es la primera vez que me toca vivir esto acá. Si bien vimos mucho de esto en Argentina, acá me impacta más porque la desigualdad es todavía más acentuada y se nota más», comparó el rosarino
«Mi deseo es que se pueda llevar a cabo el derrocamiento de Moreno y ver qué va a pasar con todo esto después», sintetizó.
¿Por qué Correa y Moreno no son queridos?
Si bien Lenín Moreno, que asumió la presidencia en 2017, formó parte del partido político del ex mandatario Rafael Correa, ninguno de los dos políticos es aceptado por gran parte de la ciudadanía, principalmente por las clases sociales bajas.
La «jugada» para ganar las elecciones que realizó Moreno disgustó y produjo que muchos que lo había votado, «ahora no lo acepten».
«Además que quieren que de marcha atrás con el paquetazo, quieren que se vaya del gobierno», indicó.
Si bien Moreno no es aceptado, Correa, quien insiste en llamar a elecciones, tampoco es bien recibido por la mayoría del pueblo. «Decepcionó mucho», remarcó David.
«Antes de que terminara su mandato, venció el petróleo a los chinos a precios bajos y de acá a 30 años. Para ese entonces, las reservas de petróleo de Ecuador se van a terminar. Además, todo el dinero que ingresa de petróleo va a parar a China directo y en la última asamblea que se hizo para votar por la legalización del aborto, el bloque de Correa, Alianza País, se abstuvo de votar. De hecho, la asambleista, Cuesta, representante del bloque, ese día estaba de vacaciones en Miami. Con lo cual se terminó de ganar el rechazo del sector feminista», resumió sobre las razones.
«Es una situación rara, el sector indígena se decepcionó con el correismo. Pero lo que se ve en esta lucha es que no aceptan a ningún movimiento político», aclaró