Una investigación determinó que las mujeres que son más sedentarias durante el segundo trimestre de embarazo y realizan menos actividad física, tienen mayores posibilidades de dar a luz mediante una cesárea, en comparación con quienes realizan ejercicio de cualquier intensidad, que tienen partos vaginales.
Además, los bebés de las madres que realizan más actividad física durante el embarazo presentaron mejores niveles de saturación de oxígeno y menor acidez en la arteria del cordón umbilical, informó el sitio Noticias de Ciencia. Esto podría estar indicando un funcionamiento óptimo tanto de la placenta como de los mecanismos compensatorios del feto ante las restricciones agudas de flujo sanguíneo producidas por las contracciones uterinas durante el parto.
La investigación fue realizada por científicas de la Universidad de Granada (UGR) en España y publicada en la revista Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports.
El objetivo fue analizar la asociación del tiempo de sedentarismo y la actividad física realizada por las gestantes durante el embarazo con resultados maternos y fetales relacionados con el parto, además de explorar si el tiempo de sedentarismo y actividad física difieren entre mujeres que tuvieron partos vaginales de las que se les realizó cesárea.
En el trabajo participaron 94 mujeres, de 33 años en promedio. A todas se les les realizó un estudio prospectivo longitudinal.
Para registrar los minutos de sedentarismo y actividad física de distintas intensidades que realizaron en la semana 16 de embarazo, las investigadoras colocaron a las participantes acelerómetros triaxiales alrededor de la cadera durante nueve días consecutivos.
Los resultados de parto fueron recogidos de la historia clínica de las participantes, y la gasometría arterial y venosa del cordón umbilical se realizó inmediatamente después del parto.
“El mayor hallazgo del presente estudio es que los bebés de madres más sedentarias tuvieron mayores concentraciones de dióxido de carbono y por tanto un pH más ácido, tanto en arteria como en vena umbilicales. Estos resultados podrían ser indicativos de una perfusión placentaria deficiente”, explicó la autora principal de este trabajo, Laura Baena García.
Estudios previos han sugerido que la práctica de ejercicio físico de forma regular por parte de las embarazadas aumenta la vascularización placentaria y por tanto, la capacidad para difundir oxígeno y nutrientes al feto, incluso en situaciones de estrés metabólico.