La sequía y la represión en Eritrea, el hambre en Corea del Norte y la violencia en Burundi fueron las tres crisis humanitarias más ignoradas en 2017, según la ONG CARE International, mientras que Oxfam reveló datos de la desigualdad global que enfrenta una pobreza extrema frente a la riqueza excesiva.
Las crisis en Sudán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, los entornos del Lago Chad, Vietnam y Perú completan la lista de países que rara vez aparecieron en los titulares del año pasado.
Se trata del informe «Sufriendo en silencio» en el que se destaca que, si bien Corea del Norte estuvo en los titulares por sus tensiones políticas y nucleares, se habló muy poco de la situación humanitaria en el país.
De acuerdo al estudio, la ONU estima que 18 millones de norcoreanos, un 70 % de la población, sufren inseguridad alimentaria y dependen de la ayuda gubernamental y que dos de cada cinco padecen desnutrición.
En Eritrea, más de 700.000 personas sufren la falta de comida y la escasez de agua, mientras en Burundi 2,6 millones de personas, el 27 % de la población, no sabe como alimentar a sus familias.
«Sabemos que una sola foto puede llamar la atención del mundo hacia un problema, pero las personas incluidas en el estudio se encuentran lejos de las cámaras y los micrófonos», expresó la secretaria general de CARE International, Laurie Lee, en un comunicado.
«Puede que estas crisis no lleguen a los titulares, pero eso no significa que podamos olvidarlas», remarcó.
Por otra parte, otra ONG clave a nivel internacional, Oxfam, informó anoche en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, que el 82% de la riqueza mundial generada en 2017 fue a manos del 1% más rico de la población mundial, mientras el 50% más pobre –3.700 millones de personas– no se benefició lo más mínimo de este crecimiento.
«El año pasado se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, con un nuevo milmillonario cada dos días», reveló.
La organización británica presentó el informe «Premiar el trabajo, no la riqueza» a líderes políticos y empresariales y focalizó que el los últimos 12 meses, la riqueza de los «milmillonarios» aumentó en 762.000 millones de dólares, suficiente para acabar con la pobreza extrema hasta 7 veces.
«El 82% de la riqueza generada fue a parar a manos del 1% más rico, mientras el 50% más pobre de la población mundial obtuvo el 0%», destacó.
Además, durante la última década, los salarios de las personas trabajadoras «aumentaron un promedio anual de solo el 2%. Mientras, la riqueza de los milmillonarios se incrementó un 13% al año».
En Latinoamerica, la riqueza de los «milmillonarios» creció en 155.000 millones de dólares en el último año, una riqueza que sería «suficiente» para acabar con toda la pobreza en un año en esa región.
Oxfam denuncia además que en América Latina y el Caribe, el 16 % de los trabajadores asalariados y el 28 % de los empleados por cuenta propia se encuentran en situación de pobreza.
«Cerca del 56% de la población mundial vive con entre 2 y 10 dólares al día», informaron y remarcaron que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que «casi una de cada tres personas trabajadoras de economías emergentes o en desarrollo vive en la pobreza».
Otra dato de escalofriante desigualdad explica que «los directores generales de cualquiera de las cinco principales marcas de moda ganan en cuatro días lo mismo que una trabajadora del sector textil de Bangladesh durante toda su vida».
En todo el mundo, las mujeres ganan menos que los hombres y están sobrerrepresentadas en los trabajos peor remunerados y más inseguros.
La participación de las mujeres en el sector formal es un 26% inferior a la de los hombres. En promedio, la brecha salarial de género es del 23% y al actual ritmo esta brecha salarial se cerrará en 217 años, recordó el informe.
«Las personas más ricas y poderosas que participan en el Foro Económico Mundial de Davos deben saber que ya somos millones las personas decididas a combatir la injusticia de la desigualdad. Podemos construir un mundo más justo y acabar con la pobreza de una vez por todas. Pero, para ello, se necesitan acciones, no solo palabras», instaron en el informe.
Oxfam pidió a los gobiernos que garanticen que las economías «funcionen para todas las personas y no solo para una afortunada minoría», implementando una serie de medidas.
Entre ellas, limitar los dividendos de los accionistas y altos directivos, garantizar que todos los empleados reciban un salario digno, terminar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, y proteger los derechos de las mujeres trabajadoras.