Opinión
Política y Economía

Las buenas y la mala de la semana


Por Diego Añaños

Los 528.000 puestos de trabajo creados en julio por la economía norteamericana produjeron, paradójicamente, un profundo temor en los mercados. El retroceso de la tasa de desempleo a 3,5%, el mínimo previo a la pandemia, alejó los fantasmas de una desaceleración de la economía yanqui, pero encendió a la vez la alerta, ya que podría significar que aún no se había tocado el pico inflacionario máximo. La expectativa, claro, era que ante tal escenario la Reserva Federal endureciera más la política monetaria. Muy malas noticias para la Argentina que, además de enfrentar tasas más altas, tendría que lidiar con un fortalecimiento del dólar a nivel global y consecuentemente con un debilitamiento de las monedas emergentes. Sin embargo, el dato de inflación publicado ayer en los EE.UU., 8,5% (seis décimas por debajo del 9,1% de junio), muestra que el fenómeno podría haber tocado su techo, particularmente debido al descenso de precio del petróleo y los combustibles en general. Lo destacable es que los precios no subieron de junio a julio, lo que representa la menor inflación mensual en más de dos años. Todo haría pensar que, en este contexto, la FED retrasaría, si no descartaría, su decisión de subir los tipos de interés. Si bien no podemos afirmar que no se trata de una tendencia consolidada, es al menos una meseta en un contexto económico global que no venía dando respiro desde hace un tiempo.

Otra buena. El día miércoles, Alberto Fernández y Sergio Massa compartieron un acto en Salliqueló, ciudad de la provincia de Buenos Aires a la que llegará el gas de Vaca Muerta a través del gasoducto Néstor Kirchner. Según informó Télam, en la primera etapa, la obra permitirá incrementar la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos de gas diarios para reemplazar la importación de combustibles y se extenderá a lo largo de 558 kilómetros con una inversión estimada en U$S1.5000 millones. El presidente destacó la importancia de la obra, y resaltó el récord de producción de gas para la Argentina, en un contexto en el que la Comunidad Europea calificó a ese combustible como la energía de transición hacia las energías renovables. Pero no hay dudas que el pasaje más relevante de su discurso fue cuando sostuvo que no quiere que nunca más las tarifas están dolarizadas en la Argentina. Sergio Massa por su parte, cuestionó la política energética del gobierno anterior, y aseguró que, de haber realizado la obra, el país se hubiera ahorrado la mayor parte de los U$S4.100 millones de gasto que generó la guerra. Afirmó, también que, además de los U$S1.300 millones de ahorro en importación de energía para el año que viene, la obra involucra la generación de 10.000 puestos de trabajo formales.

El Banco Central, por su parte, tuvo el miércoles su primera jornada positiva de acumulación de reservas luego de 12 ruedas negativas o neutras en fila en las que vendió un total de U$S1.220 millones. La cifra es sin dudas altísima, fundamentalmente en un contexto de reservas flacas, pero que está todavía muy lejos de los U$S1.470 millones que se vendieron en un solo día (el 25 de abril de 2018), durante el gobierno de Mauricio Macri. El día miércoles se recompraron U$S15 millones, un monto relativamente escaso, pero que representa un descanso para la institución y le permite detener el drenaje de divisas que venía soportando. El hecho se produjo gracias a la convergencia de tres fenómenos. En primer lugar una recuperación del precio internacional de la soja, que en un momento de la rueda llegó a tocar los U$S635. En segundo lugar a una baja de la demanda de divisas para hacer frente al pago de importaciones energéticas. Y en tercer lugar a la concreción de las primeras operaciones de venta de granos con el esquema 70/30 diseñado por el gobierno.

Sobre el fin de la jornada del miércoles, el gobierno nacional anunció un aumento de las jubilaciones. Los haberes se incrementarán en un 15,53% hasta el 30 de noviembre, de acuerdo a lo estipulado en la fórmula de movilidad. El anuncio estuvo a cargo del ministro de Economía, Sergio Massa, y la titular de la ANSeS, Fernanda Raverta, que además adelantaron que al aumento anunciado se le sumará un refuerzo mensual que irá de $4000 a $7000. De este modo, la jubilación mínima pasa de $37.525 a $43.353, pero si se le suman los $7000, superará los $50.000 durante los próximos 3 meses, lo que representa un aumento de un 34,2%.

La mala, sin dudas, se conoció el jueves: la inflación marcó un 7,4% en julio, el nivel más alto desde 2002. El incremento anualizado llegó al 71%, el mayor en tres décadas, de acuerdo a lo informado por el INDEC. En tanto que el acumulado en 2022 alcanzó el 46,2%. Si bien no había precisión con respecto a la cifra, se esperaba una aceleración importante, particularmente debido al overshooting del tipo de cambio informal y la inestabilidad política que caracterizó al mes de julio. Los analistas esperan que la inflación de agosto siga muy alta, aunque se especula con que será menor a la del mes anterior.