La primera Guía para el Diagnóstico y Tratamiento de la Dermatitis Atópica es un documento desarrollado por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica y la Sociedad Argentina de Dermatología
Dermatólogos y alergistas desarrollaron conjuntamente las primeras Guías para el Diagnóstico y Tratamiento de la Dermatitis Atópica, un documento con definiciones, recomendaciones y detalles que van desde hábitos de higiene y vestimenta, hasta cómo y cuándo indicar los medicamentos biológicos de última generación.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, caracterizada por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor, enrojecimiento, costras e infecciones y se estima que en Argentina afecta a alrededor de un 6,4% de los niños y entre un 2 y un 6,9 % de los adultos.
Las mencionadas guías fueron elaboradas en conjunto por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y el presidente de ésta última, el doctor Ariel Sehtman, dijo que «los dermatólogos y los alergistas son los dos especialistas que tratan esta enfermedad».
«Trabajamos juntos para unificar los datos que teníamos sobre el alcance de la dermatitis atópica en el país, el impacto en la vida de las personas y las pautas de manejo con las distintas opciones de tratamiento. Es un documento de consulta para quienes tratan esta enfermedad y representa un avance para los pacientes con una condición cuya prevalencia va en aumento», señaló.
Por su parte, el doctor Pablo Moreno, presidente de AAAeIC, indicó: «Los pacientes manifiestan que lo que más les molesta es la intensa picazón. La necesidad de rascarse constantemente y las lesiones visibles en la piel impactan en su vida social, su desarrollo laboral y la intimidad de pareja. Encima, genera mucho estigma y discriminación, porque muchos ven la piel lastimada, enrojecida, y creen erróneamente que podría ser algo contagioso, cuando ciertamente no lo es».
El abordaje de esta enfermedad descripto en las Guías de Diagnóstico y Tratamiento, tiene como premisa fundamental el cuidado de la piel y contempla una serie de pautas concretas, por ejemplo, al bañarse: la ducha remueve impurezas, costras y reduce la colonización bacteriana, pero puede lastimar la piel.
Por eso, recomiendan el uso de productos de higiene no irritantes, con pH similar al de la piel y que no contengan nada que pueda funcionar como alérgeno, a la vez que se indica que el agua debe ser templada (27-30°C) y la ducha breve (5 a 10 minutos), ya que el exceso de calor y el contacto prolongado con el agua pueden irritar.
La piel debe secarse apoyando la toalla suavemente y sin frotar mientras que para retener la humedad aconsejan aplicar cremas con emolientes ni bien terminado el baño.
La vestimenta es otro eje clave y las Guías recomiendan el uso de ropa confeccionada con géneros suaves, especialmente algodón o seda, de colores claros, evitando el uso de fibras como el nylon y la lana, así como los colorantes intensos en contacto directo con la piel.
Las prendas deben ser holgadas y no provocar calor excesivo, porque el sudor irrita y provoca picazón, a la vez que también es importante quitar las etiquetas por el roce que generan y evitar colgantes que contengan níquel.