La viuda y el hijo del fallecido narco colombiano Pablo Escobar Gaviria entregaron hoy un escrito cada uno y se negaron a responder preguntas, al ser indagados por la justicia en una causa por lavado de dinero proveniente de la venta de drogas mediante inversiones inmobiliarias en la Argentina, entre ellas en el histórico «Café de los Angelitos».
Fuentes judiciales informaron a Télam que María Isabel Santos Caballero (57) y su hijo Juan Sebastián Marroquín (40) se presentaron esta mañana en los tribunales federales de Morón para prestar declaración indagatoria ante el juez Néstor Barral y el fiscal Sebastián Basso.
De acuerdo a los voceros, la viuda y el hijo de Pablo Escobar, asistidos por el abogado particular Ezequiel Klainer, hicieron sus respectivos descargos mediante la presentación de un escrito cada uno, acompañados por una serie de documentos, por lo que en total entregaron más de 100 páginas.
La audiencia fue breve ya que se les leyó la imputación por «lavado de activos» provenientes del narcotráfico, tras lo cual, ambos acusados se negaron a responder preguntas, dijeron los informantes.
Consultado por Télam, el defensor particular se excusó de brindar detalles sobre el contenidos de los escritos presentados hasta que «se resuelva la situación procesal» de los dos acusados.
En tanto, las fuentes judiciales señalaron que en esta causa también será indagado el miércoles próximo el ex futbolista colombiano de Boca Juniors, Mauricio «Chicho» Serna (50) ante la sospecha de que contribuyó con las maniobras de lavado.
En el marco de esta causa ya se encuentran imputados el supuesto jefe de la banda, José Piedrahita Ceballos (58) -detenido en Colombia-, el empresario argentino Mateo Corvo Dolcet (53), María de los Ángeles Verta (51), María Gabriela Sánchez (48), Esteban Adrián Delrio (54) y Antonio Pedro Ruiz (57), todos ellos acusados «de lavado de activos, agravado por ser realizado como miembro de una asociación formada para la comisión continuada de hechos de esa naturaleza».
La sospecha de los fiscales Basso, Gabriel Pérez Barberá (de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos ) y Diego Iglesias (de la Procuraduría de Narcocriminalidad) es que la viuda y el hijo de Pablo Escobar cobraron una «comisión» para conectar al jefe de la organización, Piedrahíta Ceballos, con el empresario Corvo Dolcet.
Según los fiscales, Santos Caballero y su hijo «prestaron una contribución esencial en el lavado de 2.341.164 dólares y, en segundo lugar, a la comisión en coautoría de un hecho de lavado de 105.352 dólares».
Los investigadores están convencidos de que el colombiano Piedrahita Ceballos ingresó al mercado financiero argentino a través de Corvo Docet «más de tres millones de dólares estadounidenses y un millón y medio de pesos, los cuales se sospecha que los obtuvo por medio de las maniobras narcocriminales que concretó –cuanto menos- en la década de 1990».
Los fiscales explicaron que en los allanamientos realizados en el marco de la causa fue hallada «una carpeta que reza ‘No tocar Mateo’, en la que Juan Sebastián Marroquín reconoció haber sido, junto a su madre quienes presentaron a José Bayron Piedrahita Ceballos como inversor de los proyectos que Corvo Dolcet llevaba adelante».
Respecto a «Chicho» Serna, los fiscales creen que «una de las tantas formas en que el imputado Piedrahita Ceballos inyectó fondos en los proyectos liderados por Corvo Dolcet fue mediante el aporte de tres inmuebles que, con anterioridad, le había comprado» al ex futbolista.
Se trata de un lote del paraje denominado «El Campito» (actualmente Club de Campo San Diego de la localidad bonaerense de Moreno) y otros dos del «Barrio Terravista S.A.
Según surge de diferentes documentos, Serna entregó en 2008 la posesión de esas fincas a cambio de la suma de 650.000 dólares y la cancelación de un crédito propio contraído en Argentina por 78.000 dólares, deudas que al día de la fecha se encuentran saldadas por Piedrahita Ceballos.
Los investigadores indicaron que «el precio pactado no se corresponde con la realidad histórica de los hechos» ya que el primero de los lotes Piedrahita Ceballos lo compró el 4 de noviembre de 2008 por 550.000 dólares y tan solo 15 días después acordó venderlo por 1.100.000.
La banda fue desbaratada a fines de septiembre del año pasado tras 34 operativos realizados en esta Capital Federal y el Gran Buenos Aires, entre ellos en el histórico «Café de los Angelitos», ubicado en Balvanera, y que se coordinaron con otros efectuados por la DEA en Estados Unidos y en Colombia, donde se apresó a Piedrahita Ceballos.
Por su parte, la viuda de Pablo Escobar (llamada legalmente Victoria Eugenia Henao Vallejo) y los dos hijos que tuvo con él -además del varón tiene una mujer- se radicaron en Argentina a mediados de los ’90, poco después de la muerte del capo narco, y todos ellos se cambiaron de nombre.
La estadía de la madre e hijos del capo narco recién se conoció públicamente en 1999, cuando Victoria y Juan Pablo Escobar Gaviria (los verdaderos nombres de los herederos de Pablo Escobar) fueron detenidos en su lujoso departamento del barrio porteño de Saavedra por falsificación de documento y lavado de dinero, causa en la que finalmente fueron sobreseídos en 2005.