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Prevención y educación

«La verdadera edad de las personas es la de sus arterias»


Dos de cada diez menores de 30 años tienen las arterias más rígidas de lo esperable para su edad, lo que puede generar infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal, advirtieron hoy especialistas, que afirmaron que «la verdadera edad de las personas es la de sus arterias, no la del documento de identidad». 

«No sólo debemos cuidar nuestro corazón, sino también ayudar a cuidar el de los demás. La pregunta es cómo y la respuesta es sencilla: con prevención y educación», afirmó Carlos Reguera, jefe del área de Medicina Preventiva y Cardiología del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), con motivo del Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo, y afecta a unas 17 millones de personas. En la Argentina, según datos de la Secretaría de Salud murieron en 2016 por enfermedades del corazón 72.986 personas de todas las edades, valor que representa más de 1 de cada 5 decesos (22,1%). 

«La enfermedad cardiovascular comienza a desarrollarse a muy temprana edad, pero se manifiesta muchos años después. El 20% de los menores de 30 años tiene las arterias más rígidas de lo esperable para su edad. Esta rigidez es un predictor a largo plazo de infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal. Actualmente lo conocemos como envejecimiento vascular acelerado, por lo tanto la verdadera edad de las personas es la de sus arterias, sin importar lo que diga el documento de identidad», enfatizó Reguera. 

Por su parte Hernán Provera, jefe del Departamento de Riesgo Cardiovascular de Ineba, afirmó que para evitar ese tipo de patologías hay que controlar factores como la hipertensión arterial, las dislipemias (niveles elevados de colesterol o grasas en sangre), el sobrepeso y la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y el estrés. 

«Adoptar ciertos hábitos saludables puede hacer una gran diferencia. Las personas que logran seguir esas pautas no sólo viven más, sino que lo hacen en mejores condiciones, es decir, con una mejor calidad de vida. Debemos pensar en progreso y no en perfección, recompensándonos por cada paso positivo logrado», aconsejó el especialista. 

Para Reguera «la prevención es tan eficaz que si disminuimos los factores de riesgo sería posible evitar cerca del 80% de las enfermedades cardiovasculares». 

«Debemos tener en cuenta que estamos hablando de 8 fallecimientos por hora, lo que indica a las claras que no cuidamos lo suficiente nuestro corazón. Se evidencia que nos cuesta cambiar nuestro estilo de vida, visitar en forma periódica al médico para hacer los controles que correspondan e inclusive la gente demora en solicitar ayuda cuando aparecen síntomas que podrían estar indicando la presencia de una afección coronaria», completó Diego Grinfeld, vicepresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).