El gobierno italiano advirtió este sábado que se definirá mediante «un juicio independiente» la situación de Carola Rackete, la capitana del barco de la ONG alemana Sea Watch que fue detenida en la medianoche cuando desembarcó sin autorización a 42 náufragos en el puerto de Lampedusa.
«Se abrió una investigación contra la comandante del Sea Watch 3, Carola Rackete y las medidas fueron tomadas por el poder judicial italiano. Según nuestra constitución, los jueces tienen total independencia del gobierno para tomar decisiones», afirmó en Facebook el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Enzo Moavero Milanesi.
La declaración de Moavero es una respuesta a un pedido del ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, quien opinó que la capitana Rackete «debe ser dejada en libertad», una posición que comparten autoridades de otros gobiernos de la Unión Europea.
Rackete fue acusada de «resistencia o violencia contra barco de guerra» por la maniobra con la que forzó su entrada en el puerto italiano, poniendo en peligro a una embarcación militar italiana, informó el diario La Repubblica.
- Mirá también: Detuvieron a la capitana que desembarcó migrantes en Italia sin permiso
- Mirá también: Con 31 años, Carola capitanea un barco con migrantes y desafía al gobierno italiano
«Si uno aplasta un bote patrullero de la Guardia de Finanza contra el muelle, es un criminal. Punto. Delincuentes», expresó en twitter el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ante la detención de la capitana.
Con su maniobra, para la que invocó «estado de necesidad»; Rackete desoyó las advertencias del gobierno italiano, que no autorizó el desembarco de los 40 náufragos que durante 17 días deambularon por aguas del Mediterráneo tras ser socorridos frente a Libia por Sea Watch.
Apenas pisaron tierra pasadas las 2 de Italia, los 40 inmigrantes fueron llevados a un centro de primer acogida mientras se decide si logran ser relocalizados en otros países europeos.
Ayer, la fiscalía de Agrigento, en Sicilia, había iniciado una investigación contra Rackete por violación del artículo 1099 del código de navegación, tras la decisión de la capitana del barco Sea Watch 3 de entrar en aguas italianas pese a la negativa del gobierno de Roma a que ingrese en su territorio.
La Sea Watch 3 deambuló 17 días por el Mediterráneo en busca de un «puerto seguro» para las 53 personas que socorrió de un naufragio frente a Libia, de las que el gobierno italiano permitió originalmente desembarcar a 13.
Según el canciller Moavero, Francia, Alemania, Luxemburgo, Portugal y Finlandia mostraron interés en repartirse a los náufragos si Italia les permite pisar tierra, informó la cadena Rai.
En ese contexto, Moavero optó por dirigir su respuesta directamente al ministro de Luxemburgo, a pesar de que otros gobiernos de Europa se pronunciaron sobre el asunto.
Tal es el caso de Francia, cuyo ministro de Interior, Christophe Castañer, dijo que las decisiones del gobierno de Italia de cerrar puertos a embarcaciones con inmigrantes «viola la ley del mar».
«Ahora que la crisis migratoria ha disminuido drásticamente su amplitud gracias a la contribución de la UE, el actual gobierno italiano elige soluciones no coordinadas con sus socios europeos», señaló Castañer, citado por la agencia italiana Ansa.
El funcionario francés denunció «falta de solidaridad de Italia con Europa y sus estados miembros».
Rackete, convertida en un símbolo de la resistencia contra la política migratoria de Salvini, fue recibida con aplausos en el puerto por un centenar de personas entre las que se encontraban el sacerdote de la isla y el médico Pietro Bartolo, electo diputado en el Parlamento Europeo.