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Con 31 años, Carola capitanea un barco con migrantes y desafía al gobierno italiano


Foto: El País

Desde hace días, unos 42 náufragos deambulan en el mar Mediterránero a bordo de un barco de la ONG alemana Sea Watch. Esperan a que Italia abra sus puertos para poder desembarcar, pero el vicepremier Matteo Salvini mantiene su rechazo. Ahí aparece en escena Carola Rackete que con 31 años, tiene una carrera brillante a bordo de embarcaciones humanitarias. La capitana, licenciada en ciencias marinas, desafía al gobierno italiano con ingresar en aguas territoriales.

Según el diario El País, Rackete habla cinco idiomas y ya surcó las aguas de varios océanos. El miércoles por la tarde advirtió a Italia “¿Me recibís? Voy a entrar en aguas territoriales”.

Sea-Watch 3 llevaba 42 inmigrantes a bordo desde hace dos semanas. Los mismos fueron rescatados en aguas libias y la ONG decidió que no podían volver atrás al no ser considerada una nación con puertos seguros. El problema es que, según la nueva ley aprobada por el Ejecutivo italiano, cualquier organización que entre en aguas territoriales sin la autorización correspondiente se expone a una multa de 50.000 euros y hasta a 15 años de cárcel para sus responsables.

Pese a esto, Rackete, mientras tronaban las amenazas de Matteo Salvini en todos los megáfonos, puso rumbo al puerto. El movimiento, sostuvo ella, no era una provocación. Sino que era la única posibilidad si quería proteger la integridad física y psíquica de los pasajeros.

El pasado lunes Sea Watch apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos esperando que obligase a Italia a abrir sus puertos, pero este órgano rechazó intervenir. “He decidido entrar al puerto. Sé a lo que me arriesgo, pero los 42 náufragos a bordo están al límite. Los llevo a salvo. Espero que las autoridades europeas e italianas entiendan la situación”, anunció a primera hora de la tarde del miércoles, describió diario El País.

Las conversaciones mantenidas con la capitanía del puerto no dejan lugar a dudas de la negativa de la autoridad a dejar entrar el barco, pese a que fueron informados de que gente a bordo amenazaban con saltar al agua. La embarcación, finalmente, fue bloqueada cuando intentaba entrar en el puerto y el miércoles por la noche se encontraba fondeando a una milla de Lampedusa, donde fue registrada por varios agentes de la Guardia de Finanzas.

La Liga y sus huestes en las redes critican a la capitana y sostienen que Rackete es una niña de papá. Ella no usa redes sociales y prefiere no perder el tiempo contestando, entonces le da la vuelta al argumento. “He podido frecuentar tres universidades, soy blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte adecuado. Cuando me di cuenta sentí una necesidad moral: ayudar a quien no tenía las mismas oportunidades”, explicó en una entrevista con La Repubblica.

Rackete se encontraba este jueves por la mañana a bordo de la nave, terminando todo el papeleo que le requieren las autoridades y no puede atender a la prensa. Pero su portavoz, Ruben Neugebauer, explicó algunos puntos de su biografía. Creció en Hambühren, en la Baja Sajonia. Estudió Ciencias Náuticas y se licenció por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Jade, también en Baja Sajonia.

Una vez graduada, se marchó a estudiar al Reino Unido y cursó un máster de conservación del medioambiente con una tesis sobre los albatros.

La capitana, nuevo ídolo de los opositores a Salvini, empezó su carrera profesional en el Ártico, donde se embarcó en una nave rompehielos en el Polo Norte trabajando para el Alfred Wegener, uno de los grandes institutos oceanográficos alemanes, entre 2011 y 2013. Fue también segunda oficial a bordo del Arctic Sunrise de Greenpeace hasta 2016, cuando enroló con la ONG Sea-Watch, donde se convirtió en la coordinadora del equipo de avistamiento del Moonbird y el Colibri, los aviones de la organización que patrullan el Mediterráneo para controlar las barcas que quedan a la deriva. Hasta que pasó al timón de la nave y llegó el día clave.

La Sea-Watch 3 rescató el 12 de junio a 52 personas que habían partido de Libia. Unas 10 fueron evacuadas por motivos médicos. Desde entonces rechazó las indicaciones de las autoridades italianas de devolverlos a un puerto del país africano, porque, como gran parte de la comunidad internacional, no lo considera seguro. Italia, donde probablemente será arrestada y sometida a un proceso conforme a la nueva ley, tampoco lo será para ella a partir de ahora.

Este jueves, por la mañana, Rackete volvió a hablar a través de un vídeo grabado: “Declaramos el estado de necesidad porque no puedo garantizar a bordo de mi nave la seguridad psicológica de la gente que hemos rescatado. Las autoridades han subido dos veces a recoger documentación, pero no nos han dado ninguna indicación concreta sobre cómo desembarcar. Esperamos las alegaciones de parlamentarios italianos”. El primer ministro, Giuseppe Conte, ya le dio la espalda abiertamente.