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La ONU advierte que Libia está al borde de una guerra civil


La actual batalla en torno a Trípoli tiene a Libia al borde de una guerra civil que podría durar años, poniendo en peligro la seguridad de todo el mar Mediterráneo y desembocando en la partición del país, alertó heste martes la ONU.

El enviado de la organización para el conflicto, Ghassan Salamé, hizo ante el Consejo de Seguridad un pesimista análisis de la situación, un mes y medio después del inicio de la ofensiva del mariscal Jalifa Hafter sobre la capital.

«Este es el informe que durante dos años he estado tratando de evitar tener que hacer. Tras 48 días de ataque sobre Trípoli por las fuerzas del general Hafter, ya ha habido demasiada muerte y destrucción», señaló el diplomático.

Según Salamé, «Libia está al borde de caer en una guerra civil que podría llevar a la división permanente del país».»Llevará años reparar el daño hecho hasta ahora, y eso es únicamente si la guerra terminase ahora», insistió, citado por la agencia de noticias EFE.

Al contrario, el enviado de la ONU pronosticó que «la violencia en las afueras de Trípoli es sólo el comienzo de una larga y sangrienta guerra en la orilla sur del Mediterráneo, que pone en peligro la seguridad de los vecinos inmediatos de Libia y de la región mediterránea».

En ese sentido, aseguró que el «vacío de seguridad» creado por el movimiento de tropas de Hafter del sur de Libia a la capital y la atención de sus rivales en esa batalla ya están siendo explotados por los grupos extremistas Estado Islámico (EI) y Al Qaeda.

«En el sur de Libia, las banderas negras del EI están apareciendo», lamentó Salamé, que recordó que desde que comenzaron los combates en Trípoli el 4 de abril ya ha habido cuatro ataques del grupo terrorista en esa zona.

El representante de la ONU acusó a potencias extranjeras de estar empeorando la situación con la entrega de armamento a las distintas partes, en violación del embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad. «Algunos países están alimentando este violento conflicto, Naciones Unidas debe ponerle fin», insistió.

La batalla por el control de la capital, que de ganar Hafter le concedería prácticamente el control absoluto del país, ha puesto de relieve la compleja red de injerencias extranjeras que padece Libia desde la revolución que en 2011 acabó con el régimen de Muammar Kaddafi.

Desde entonces, Libia es un estado fallido, víctima del caos y de la guerra civil, con dos gobiernos enfrentados en la actualidad: uno fruto del plan de paz fallido propuesto por la ONU en 2015, y que a duras apenas controla Trípoli y algunas poblaciones en el oeste.

Y otro liderado por el mariscal Hafter, que tutela el Parlamento de Tobruk, domina todos los recursos petroleros y controla prácticamente el setenta por ciento restante del territorio nacional.