Tras casi 470 millones de kilómetros recorridos por el espacio desde su despegue en Florida (EE.UU.), a fines de julio de 2020, llegó para buscar señales de vida en el planeta rojo
La nave espacial Mars 2020 de la NASA, con el rover Perseverance y el Helicóptero Ingenuity Mars dentro, se posó en marte a las 17.56 de Argentina y de inmediato emitió señales de que comenzó a funcionar en la superficie del planeta rojo.
«Estoy a salvo en Marte. La perseverancia te llevará a cualquier parte», tuiteó la NASA sobre la misión enviada para buscar rastros de vida en el planeta rojo. Tras casi 470 millones de kilómetros recorridos por el espacio desde su despegue en Cabo Cañaveral, Florida, a fines de julio de 2020, llegó y pudo orbitar.
Los vítores estallaron en el control de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por su sigla en inglés) de la NASA cuando los controladores confirmaron que el rover Perseverance, con el helicóptero Ingenuity Mars unido a él, aterrizó de manera segura en Marte.
La agencia espacial estadounidense informó en su página web que los ingenieros están analizando los datos que fluyen desde la nave espacial.
Lanzado el 30 de julio de 2020, el rover Perseverance buscará señales de vida microbiana pasada, recolectará muestras selectas de rocas y sedimentos para su envío futuro a la Tierra, caracterizará la geología y el clima de Marte y allanará el camino para la futura exploración humana más allá de la Luna.
Este es el quinto rover de la NASA en Marte y el noveno aterrizaje en el planeta rojo.
Perseverance también transporta un experimento tecnológico, el helicóptero Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.
#ÚLTIMAHORA | El rover 'Perseverance' de la NASA hace historia y llega con éxito a Marte. Este ha sido el momento en el que se ha conocido que ha aterrizado en el planeta rojo #CountdownToMars pic.twitter.com/Lf1ZVEXNqR
— Europa Press (@europapress) February 18, 2021
Además de caracterizar la geología y el clima del planeta, el rover se centrará en la astrobiología o el estudio de la vida en todo el universo.
«Para citar a Carl Sagan», dijo Gentry Lee, ingeniero jefe de la Dirección de Ciencias Planetarias del JPL, «‘si vemos un erizo mirando a la cámara, sabríamos que hay vida actual y ciertamente antigua en Marte, pero basada en nuestras experiencias pasadas, tal evento es extremadamente improbable».
«Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias y el descubrimiento de que existía vida en otras partes del universo ciertamente sería extraordinario», añadió.
Los científicos de la misión Mars 2020 creen que el cráter Jezero, el sitio de aterrizaje de Perseverance, podría albergar tal evidencia; saben que hace 3.500 millones de años, Jezero era el sitio de un gran lago, con su propio delta del río, y creen que si bien el agua puede haber desaparecido hace mucho tiempo, en algún lugar dentro del cráter de 45 kilómetros de ancho, o a lo largo de su borde de 610 metros de altura, biofirmas de que la vida una vez existió allí podrían estar esperando.
«Esperamos que los mejores lugares para buscar biofirmas serían en el lecho del lagoJezero o en los sedimentos de la costa que podrían estar incrustados con minerales de carbonato, que son especialmente buenos para preservar ciertos tipos de vida fosilizada en la Tierra», declaró Ken Williford, científico adjunto del proyecto de la misión del rover Perseverance Mars 2020 en el JPL.
¡Aterrizaje confirmado! @NASAPersevere ha llegado a Marte después de casi siete meses de viaje. Ahora comienza su misión de exploración. ¡#JuntosPerseveramos! pic.twitter.com/eBS0xnUZir
— NASA en español (@NASA_es) February 18, 2021
«Pero mientras buscamos evidencia de microbios antiguos en un mundo alienígena antiguo, es importante mantener la mente abierta», agregó.
El quinto rover de la NASA al cuarto planeta desde el Sol lleva un nuevo conjunto de instrumentos científicos para aprovechar los descubrimientos del rover Curiosity de la NASA, que ya confirmó que partes de Marte podrían haber sustentado la vida microbiana hace miles de millones de años.
Cualquier búsqueda de biofirmas incluirá el conjunto de cámaras del rover, especialmente Mastcam-Z, ubicado en el mástil del rover, que puede acercarse para inspeccionar objetivos científicamente interesantes.
El equipo científico de la misión puede encargar al instrumento SuperCam de Perseverance, también en el mástil, que dispare un láser a un objetivo prometedor, generando una pequeña nube de plasma que puede analizarse para ayudar a determinar su composición química.
Si esos datos son lo suficientemente intrigantes, el equipo podría ordenar al brazo robótico del rover que se acerque para verlo más de cerca.
Para hacer eso, Perseverance se apoyará en uno de los dos instrumentos en la torreta al final de su brazo; PIXL, el instrumento planetario para la litoquímica de rayos X empleará su diminuto pero poderoso haz de rayos X para buscar posibles huellas químicas de vidas pasadas.
El instrumento SHERLOC (Análisis de entornos habitables con Raman y luminiscencia para productos orgánicos y químicos) tiene su propio láser y puede detectar concentraciones de moléculas orgánicas y minerales que se han formado en entornos acuosos.
Juntos, SHERLOC y PIXL proporcionarán mapas de alta resolución de elementos, minerales y moléculas en rocas y sedimentos marcianos, lo que permitirá a los astrobiólogos evaluar su composición y determinar los núcleos más prometedores para recolectar.
Una esperanza perdurable del equipo científico es encontrar una característica de la superficie que no pueda atribuirse a nada más que a la vida microbiana antigua y una de ellas podría serun estromatolito.
En la Tierra, los estromatolitos son montículos rocosos ondulados formados hace mucho tiempo por la vida microbiana a lo largo de las costas antiguas y en otros entornos donde abundaban la energía metabólica y el agua.
En cada lugar se tomarán muestras, hasta un total de 30, que serán analizadas en busca de posibles rastros microscópicos de organismos antiguos.
Esas muestras serán conservadas hasta que una misión pueda ir a buscarlas, lo que se espera que suceda en la década de 2030.
«Los científicos que estudiarán estas muestras están todavía en la escuela, puede que ni siquiera hayan nacido todavía», declaró Ken Farley, un científico que es parte del proyecto.