Por Diego Añaños
El último informe de Latinfocus Consensus Forecast, que reúne las proyecciones de un conjunto de bancos y consultoras privadas, muestra el notable deterioro de las expectativas para Argentina. De acuerdo al mismo, la economía nacional caería un 11% éste año, siendo la más pronunciada de la región, con excepción de Venezuela. Ese 11% representa, un 2,2% por encima de la caída de un 8,8% que se esperaba en el relevamiento del mes pasado. Los analistas adjudican el empeoramiento de las previsiones al endurecimiento de las medidas de confinamiento en el Amba.
Paralelamente estimaron un rebote positivo de 5,2% para el 2021, y aquí vienen las discusiones: ¿se tratará de crecimiento genuino o será solamente a un rebote estadístico, fruto de lo bajo de la base desde la que se parte para estimar el 2020? Claro, Argentina entra a la pandemia como un paciente de riesgo, no sólo por la recesión de los dos últimos años, sino también por el alto grado de exposición externa debido al peso de la deuda. No debemos olvidar que Alberto Fernández recibe el mando en una situación de virtual default. El rebote de 2021 no será una sorpresa, veremos si se trata de una verdadero despegue o simplemente del famoso efecto “dead cat bounce”, o rebote del gato muerto, similar al que describíamos a comienzos de 2019, cuando todos los analistas se montaban en la ola de optimismo del gobierno nacional luego de un par meses con números relativamente auspiciosos.
Paralelamente, el Relevamiento de Expectativas de Mercado que publica mensualmente el Banco Central de la República Argentina va en el mismo sentido. Mientras que en mayo se esperaba una caída del PBI de 9,6%, el relevamiento de junio arroja un 12%. Ahora, ese es el guarismo que surge de promediar las expectativas de los 41 participantes que participaron el mes pasado. Si se restringe la muestra al Top-10 de los mejores pronosticadores la caída esperada es de un 12,9% (un 3,5% más que el mes anterior). El dato positivo es que, si bien se empeoran las expectativas de contracción del producto para el primer semestre, se espera una expansión del nivel de actividad para el segundo semestre. Como bien hacen notar los funcionarios que elaboran el informe, este último dato muestra que los efectos contractivos producto de las medidas de distanciamiento social son percibidos como transitorios.
El mismo comportamiento es el que proyecta la Cepal para la región. El recrudecimiento de la pandemia llevó a un empeoramiento de las expectativas de contracción del PBI regional para América Latina, de un 5,3% en abril, a un 9,1% del informe de julio, publicado ayer. Se trata de la peor contracción de la actividad económica de la que se tenga registro, y que llevará el PBI regional a los números de 2010, un retroceso de 10 años. La Argentina será el tercer país más afectado, luego de Venezuela y Perú, con una caída del 10,5% del producto. Con una población de 626 millones de personas enfrenta la pandemia en un momento de debilidad, luego de un 2019 con un crecimiento raquítico de 0,1%. Antes de la pandemia el organismo estimaba que América Latina crecería un 1,3% en 2020, lo que ya configuraba un número menos que modesto.
En este contexto, la definición de la negociación de la reestructuración de la deuda con los tenedores de bonos argentinos bajo legislación extranjera parece ser la variable sobre la que descansa el futuro del desempeño de la economía argentina para el segundo semestre de 2020. Martín Guzmán, reforzó la firmeza de la última oferta en declaraciones a la prensa. Según declaraciones del Ministro, la propuesta es inamovible, y se ha llevado al límite de las posibilidades de repago de la economía argentina, sin comprometer la consistencia macroeconómica de largo plazo. Como venimos diciendo, no sentarse con firmeza sobre la propuesta sería una muestra de debilidad del gobierno argentino, que ya ha demostrado probadamente su voluntad de negociar de buena fe. Los fondos más duros, Exchange Bondholders y Ad Hoc, rechazaron en principio la nueva oferta, pero han dado muestras públicas de su voluntad de llegar a un acuerdo con la Argentina. Seguramente los próximos días serán definitorios, pero todo hace pensar que un acuerdo está cerca.
Hasta acá sin novedades, sólo datos que se solapan en un escenario absolutamente previsible. Sin embargo, la pandemia también nos regala sus notas de color. Tal es el caso de la carta escrita por 83 súper-millonarios al G-20. El extravagante grupo de potentados, que se autodenominó “Millionaires for Humanity”, reclamó a los gobiernos de los países más poderosos del Mundo un aumento de la tasa impositiva a las grandes fortunas. Los magnates aseguran que la crisis será mucho más profunda de lo que se espera, y que empujará a la pobreza a más de 500 millones de personas. A confesión de parte, relevo de pruebas, reza la máxima del Derecho, aunque ninguno parece sentirse responsable de la situación. Una vez más, el Capitalismo ensaya un intento desesperado de transformarse para que nada cambie. Sólo el tiempo dirá si se salieron con la suya.