El "Apache", que hizo oficial su retiro del fútbol a principios de mes pero abandonó las canchas hace un año, mantiene una relación cercana con Macri desde su debut en primera división en 2001 cuando el club de La Ribera era presidido por el fundador del PRO
La llegada del ídolo de Boca Carlos Tevez como director técnico de Rosario Central sacude y divide hasta extremos inimaginables al popular club del barrio de Arroyito debido a su condición de símbolo «xeneize» y su cercanía con el ex presidente Mauricio Macri.
«Tengo amigos ‘canallas’ que me piden que los saque del grupo de hinchas porque no quieren seguir si nos dirige Tevez. Es parte de la tremenda brecha política que nos divide como país«, contó el contador José Vázquez, referente de la Organización Canalla para América Latina (OCAL).
«No me importa nada. Yo quiero jugadores y plata. Y si Tevez es macrista, mejor«, responde del otro lado de la grieta María Eugenia, una médica de 49 años, que tiene una platea alta en Cordiviola, en el Gigante de Arroyito, y este jueves festejó la victoria sobre Godoy Cruz de Mendoza con amigos en un bar cercano al estadio.
La sorpresiva renuncia de Leandro Somoza puso a los dirigentes de Central en el intríngulis de elegir rápidamente un sucesor, cargo para el que hablaron con el ex jugador y ex entrenador del club Pablo «Vitamina» Sánchez, primero, y con el también ex jugador de inferiores y ex entrenador de la institución «Leo» Fernández, después.
Pero cuando el vicepresidente primero Ricardo Carloni -a cargo de la presidencia por una angina de pecho por la que fue internado el presidente Rodolfo Di Pollina- recibió el martes una llamada del empresario futbolístico Christian Bragarnik para ofrecerle a Tevez como director técnico, el escenario comenzó a inclinarse rápidamente a favor del «Apache», en parte por la presión ejercida desde los medios nacionales.
Una encuesta entre hinchas «canallas» hecha en las redes sociales por la emisora rosarina LT8, que daba adelante a «Vitamina» Sánchez el miércoles, pasó a ser liderada por Tevez por 55% a 45% al día siguiente.
«Vitamina», que estaba dispuesto a dirigir a Central por un contrato mínimo y los viáticos hasta Arroyo Seco, se reunió el miércoles con los dirigentes cercanos a Di Pollina y hasta diagramó el trabajo con sus colaboradores, mientras Carloni y el secretario técnico Raúl Gordillo viajaban a Buenos Aires a reunirse dos horas con Tevez y su representante Carlos Roucco.
Ese miércoles a la noche, «Vitamina» recibió un llamado de un ex compañero y amigo, gran conocedor de vida interna de Central, que le aconsejó sin vueltas: «Agarrá el teléfono y hablá con los dirigentes porque, si no, te van a acostar«.
Tevez, que hizo oficial su retiro del fútbol a principios de mes pero abandonó las canchas hace un año, mantiene una relación cercana con Macri desde su debut en primera división en 2001 cuando el club de La Ribera era presidido por el fundador del PRO.
El vínculo personal trascendió de tal manera que el astro y el ex presidente fueron socios en un negocio de parques eólicos, investigado en la Justicia por supuestas maniobras incompatibles y defraudación a la administración pública.
«Siempre me aconsejó para bien, fue como un padre para mi. Siempre me ayudó con el tema de la plata: ‘No inviertas con los amigos’, me decía. Siempre me daba esos consejos: ‘Si viene alguien y te ofrece el cielo, no lo tomés. Vos guardá la plata que seguís facturando’. Me ayudó a entender esa parte«, admitió el «Apache» durante una entrevista en el programa Animales Sueltos en 2017, cuando Macri cumplía su mandato como presidente.
Humberto Glavinich, más conocido como el «Chino Nosky», conductor de «El Puente Canalla», un programa radial partidario de 32 años, contó: «Para nosotros es una desgracia porque queremos un club de los socios y que respete la historia. No queremos que nos ofrezcan a un técnico que viene con (el ex presidente de Boca, Daniel) Angelici y con (el ex entrenador de Las Leonas Carlos) Retegui, más en la situación en la que estamos. Tampoco nos gusta que forreen a Vitamina (Sánchez), a Leo (Fernández) como pasó en su momento con el Patón (Edgardo Bauza)«.
En este sentido, el «Chino Nosky» recordó: «El problema es todo lo que está detrás porque cuando uno se quemó con leche ve una vaca y llora, como cuando vino (el empresario Daniel) Grinbank y se llevó a todos los pibes y después no jugaban en ningún lado«.
«Nosky» advirtió sobre la llegada de Tevez: «Cuando venga, la gente lo va a alentar igual al equipo, lo malo es que lo trae Angelici para pelearle a Riquelme«.
En tanto, Leonardo, un estudiante de arquitectura de 22 años que no se pierde un partido como socio en la popular alta de Génova, recordó: «Nos va a dirigir el capitán del equipo que nos robó la Copa Argentina hace siete años«, con relación al recordado partido de 2015 en el que el árbitro Diego Ceballos cobró un penal a favor de Boca por una falta fuera del área. Sin embargo, el «Colorado» Vázquez reconoció que «Tevez tuvo la dignidad de declarar esa noche que así no le gustaba ganar y que el partido debería jugarse de nuevo«.
Leonardo opinó luego sobre la llegada de un grupo empresario a gerenciar el fútbol: «No estoy de acuerdo con la vuelta de Bragarnik a Central porque nos trajo un par de buenos jugadores y un montón de ‘paquetes’, y no quiero que a cambio de algunos refuerzos del montón se lleve a los pibes del club -lo mejor que tenemos- por dos mangos«.
A su vez, el «Colorado» Vázquez confió: «La sensación es que estoy vendiendo o entregando el alma, pero por otro lado empiezo a razonar que tal vez a los aztecas y a los incas les pasó exactamente lo mismo con la colonización de los españoles, con los espejitos de colores. Débil es la carne, muchachos«.
En esta línea, el referente del grupo que hace medio siglo reedita el gol de palomita de Aldo Pedro Poy del clásico del 19 de diciembre de 1971 confió: «Hace 30 años, en una sobremesa bien regada, tuve un sueño: que algún jeque árabe se enamorara de Central y que viniese a traer guita. Y ahí me importaban tres mierdas nuestros orígenes ferroviarios, y ahora trato de ir asimilando el jeque árabe a estos mafias de Buenos Aires«.
«Creo que en esta oportunidad no vamos tener término medio: o somos campeones del mundo o nos vamos a la remismísima mierda«, simplificó con el humor y la contundencia de los análisis elaborados en la tribuna.