El Indec ubicó en marzo al Índice de Precios al Consumidor en 4,8%, siendo el más alto del año. CLG dialogó con un economista, con un trabajador de economía popular y con un concejal rosarino
Por Gonzalo Santamaría
La inflación no para de aumentar en Argentina y cada mes se le agrega un porcentual que hace de la cifra total un número exorbitante para la realidad de la gente. Con los últimos datos ofrecidos por el Indec (que sitúan a la inflación de marzo en un 4,8%), el total desde el mismo mes de 2020 hasta este 2021 se ubica en 42,6%. Además, si se tiene en cuenta el primer trimestre, el número del tercer mes es el más alto del año. Frente a este contexto, el gobierno nacional aseguró que controlará precios y garantizará el abastecimiento en las góndolas, entre otras medidas. Sin embargo, el poder adquisitivo de los argentinos viene sufriendo sistemáticamente ante los precios y la meta inflacionaria del 29% que estimó el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, parece que quedará lejana. De confirmarse, sería el cuarto año consecutivo en que los sueldos pierden ante el Índice de Precios al Consumidor.
«Olvidate del 29% que había dicho en diciembre de 2020. Siendo muy optimista, la inflación estará cercana al 40%, aunque algunos privados dicen 45%«, expresó Alejandro Bonalumi, especialista en economía, en diálogo con CLG.
En este sentido adelantó que la inflación de abril será «menor» al 4,8% y la de mayo también, «pero seguirán siendo altas» porque en el próximo bimestre se computará «aumento en las tarifas de luz, agua y gas, prepagas, combustibles, telefonía celular, pack de TV-Internet y una inyección de pesos por la devolución de las ganancias».
Ante este panorama, Bonalumi sostuvo que en el primer semestre «cómodamente habrá una inflación por encima del 20%».
«Es imposible sostener la realidad para quienes buscan un ingreso día a día y encima no se ve una desaceleración», sentenció el especialista y marcó: «El Gobierno se está enamorando de los parches y deja de lado las medidas de fondo para bajar la inflación».
En la misma posición se centró José «Pepe» Berra, militante de la Utep (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) también en comunicación con CLG, al mostrarse «preocupado» al ver los «números altos de la inflación sabiendo que repercute de la peor manera en los sectores populares, que son los que sufren desde el bolsillo».
Berra marcó que sería importante «avanzar con medidas de cambio estructural porque evidentemente la forma oligopólica de la Argentina domina el mercado y los precios».
«Hay que generar una política que tienda a romper este sistema, empezar a descentralizar y nacionalizar la economía. También generar otros canales de distribución que tienen que ver más con las pymes regionales para que abastezcan, con precios accesibles, a su zona«, expuso el dirigente de la Utep.
Entonces, Berra dio un claro ejemplo del sistema: «La concentración que tiene Argentina hace que un litro de leche que se produce en Santa Fe viaje a la empresa que queda en Buenos Aires donde la embazan y la devuelven a la provincia de origen como sachet. Todo eso tiene un costo adicional que si se cambiaría se reduciría los valores en la producción y bajaría los precios considerablemente».
Por ende, remarcó: «Los formadores de precios son empresas monopólicas que fijan los precios según sus intereses».
En 2018, el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) aumentó el 30,6% frente a una inflación interanual del 47,6%: ua pérdida del 11,5%. En 2019, los salarios formales punta a punta subieron el 44,4% y la inflación interanual fue del 53,8%: otra pérdida del 6,1%. Y en 2020, lejos de la recuperación prometida durante la campaña electoral, hubo un retroceso menor ( 0,9%) que se acumula al de los años anteriores, totalizando una pérdida entre diciembre de 2020 e igual mes de 2017 del 17,6%.
Con estos datos, el concejal rosarino de Juntos por el Cambio Carlos Cardozo, reconoció ante CLG que la inflación fue un «debe» del gobierno de Mauricio Macri «que impactó fuertemente en Rosario», pero sostuvo que «esta disparada inflacionaria es seguida con preocupación».
Para Cardozo «la cuarentena exagerada y que, de alguna manera, canceló la actividad económica en su 90% hoy tiene sus consecuencias» y se ven, enumeró el edil, en la caída del PBI un 10%, sectores económicos en jaque y «un gobierno sin plan».
«Van pateando la pelota para ver cómo se llega a octubre, mientras tanto sigue aumentando el índice de pobreza y de desocupación, que impacta fuertemente en Rosario», manifestó.
Por último, remarcó la importancia de «priorizar la cuestión sanitaria», pero se preguntó: «¿Había que cancelar la actividad económica como se hizo en 2020?». Rápidamente se respondió: «No y por eso pagamos las consecuencias».