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Figura de Flamengo

La historia de Gabigol, el gran héroe de la final de la Copa Libertadores


 

Gabriel Barbosa Almeida, «Gabigol», se transformó este sábado en el gran héroe de la final de la Copa Libertadores, convirtiendo los dos goles que llenaron de tristeza a River en Lima, igualando un récord estadístico de Juan Román Riquelme, ídolo de Boca.

¿De qué se trata? Gabigol es el primer jugador que marca en todas las instancias (fase de grupos, octavos, cuartos, semis y final) y logra el título de la Libertadores desde que lo hizo Riquelme, con Boca, en 2007.

El delantero de 23 años consiguió el logro más importante de su carrera a nivel clubes -fue medallista dorado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016- siendo el artífice estelar con un doblete en apenas tres minutos.

La particularidad que dio vuelta al mundo en las redes sociales fue que Gabigol tocó el trofeo de la Copa Libertadores al momento de ingreso de los equipos a la cancha, una acción que habitualmente se relaciona con quienes pierden una final.

https://twitter.com/Libertadores/status/1198376229608534016

Y hasta el minuto 43 del segundo tiempo, el delantero de Flamengo había tenido una única chance, increíblemente desperdiciada, en una polémica acción que incluyó mano del uruguayo Nicolás De la Cruz casi sobre la línea.

Gabriel Barbosa, nacido en Sao Bernardo do Campo, una ciudad de San Pablo, y fue criado en el barrio de Montanhao, una favela, fue descubierto por Zico cuando jugaba Futsal para el Santos.

El atacante convirtió más de 600 goles en las divisiones inferiores del «Peixe», donde también se formaron las figuras de Pelé y Neymar.

Jugó en Italia para Inter, donde marcó un gol, pero no tuvo trascendencia en Benfica de Portugal, donde apenas jugó un partido.

https://twitter.com/Libertadores/status/1198373191879708673

Su regreso al Santos fue su reencuentro con la mejor versión, que le valió el interés del Flamengo, con quien firmó el 9 de enero de este año.

Así se ganó el corazón de los hinchas del «Mengao» a base de goles y festejos, que también se relacionaron con su personalidad desprendida, muchas veces envuelta en la polémica, como la que le valió la expulsión en ésta final.

«Yo siempre hablo, y no es de la boca para afuera. Yo quiero ganar, tengo mucha hambre de ganar. No soy de pensar en eso de ser goleador, obviamente si llega el gol mejor, pero lo que quiero es salir del campo vencedor y feliz», es una de sus declaraciones que lo pintan de cuerpo entero.