Los familiares reunidos en el centro de asistencia pasan las horas en busca de información de sus seres queridos, entre la angustia y la esperanza
El derrumbe del edificio en Miami, que ya provocó cuatro muertos, tiene en vilo a casi 160 familias que buscan a sus amigos y familiares identificados como desaparecidos tras la tragedia. Largas horas de dolor, desesperación e incertidumbre transitan los familiares que no saben nada de sus seres queridos. «Lo más difícil es no saber nada», dijo Betsy González, quien desde la mañana del jueves espera alguna noticia de su sobrina Anaeli Rodríguez y su esposo Marcos Guara, y de las dos hijas de la pareja.
La BBC Mundo recogió el testimonió de Betsy y varios familiares más tras la caída del del edificio residencial Champlain Towers, un condominio de 12 plantas y más de 130 apartamentos frente al mar, en el norte del condado de Miami, Dade.
Luego de la tragedia, González se concentró en el Centro Comunitario Surfside donde más familias buscaban a sus allegados. Allí se acompañaron, intercambiaron información y esperan los partes diarios de las autoridades. A la par, voluntarios, policías, equipos de rescates, amigos, creyentes y vecinos, aclaman por la aparición con vida de los 159 personas que aún no se sabe su paradero.
«Yo entiendo que no se sabe nada, que no se pueda dar información, pero estamos desesperados», dice González, mientras consuela a su madre.
Llantos inconsolables o desesperación, algunos inmóviles y en las penumbras, otros sin aliento esperan las noticias. «Lo más duro ha sido ver la devastación de mi hija de 12 años, ella es muy cercana a su padre», le dijo Soraya Cohen, quien cuenta que su esposo, Brad Cohen, de 51 años, estaba en el edificio junto a su cuñado al momento del derrumbe.
A la hija de Cohen le realizaron una prueba de ADN en caso de encontrar un cuerpo con las características de su padre. «Mi hija se desmayó cuando le tomaron la prueba», contó Cohen.
Pero también hay señales de esperanzas y en medio de la comida y agua que llegan de las donaciones Yuby Cartes busca a su sobrino, su esposa y sus tres hijo. «Tengo la esperanza de que estén con vida. Nadie te da esperanza, pero la fe no se pierde». Llegados desde Paraguay, 24 horas antes de la tragedia. Cartes contiene las lágrimas y solo pregunta: «¿Qué se sabe?, ¿tú sabes algo?».
Otros permanecen callados sin entender la realidad.
«Aquí lo importante es establecer qué fue lo que pasó», expresó un hombre colombiano quien cuenta que el esposo de su nieta y su primo estaban en el edificio al momento de derrumbe y agregó: «Uno puedo imaginarse un accidente de auto, un incendio, un infarto, ¿pero un colapso de un edificio? Eso es inverosímil en esta era, ¿cómo así que se cae un edificio?».
«Confío en que cuando las autoridades tengan algo que decir, nos lo van a decir», continuó.
La historia de Magaly Ramsey es la de cualquier otra. El miércoles antes del colapso no pudo comunicarse con su madre y pensó «la llamo mañana». Su mamá cubana y de 80 años vivía en uno de los departamentos.
«Mi mamá me llamó como a las 10 de la noche del miércoles, pero yo estaba en una conferencia y no pude contestarle», relató Ramsey. Desde entonces no tiene noticias.
«Mi mamá me enseñó a tener fe y tener fuerza, así que en eso estoy», sostuvo con una mezcla de resignación y valentía.
Por último, entre la esperanza y el pesimismo sentenció: «Tengo la esperanza de que mi madre esté viva, o que al menos no haya sentido dolor».