El compromiso está contenido en un documento especial sobre cambio climático y medio ambiente, impulsado por España
Los presidentes y jefes de Gobierno de los 22 países reunidos en la XXVII Cumbre Iberoamericana, que se realizó hoy en Andorra, se comprometieron a impulsar una transición hacia la acción climática sostenible y advirtieron sobre la necesidad de promover una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como forma de prevenir la degradación de ecosistemas.
El compromiso está contenido en un documento especial sobre cambio climático y medio ambiente, impulsado por España, que defiende a los ecosistemas porque, además de proveer servicios esenciales a la promoción del desarrollo sostenible, juegan a su vez «un papel relevante en la lucha contra el cambio climático».
El texto pone el foco también en la sostenibilidad del consumo y de la producción de las sociedades que conforman la Conferencia Iberoamericana, «fortaleciendo el uso sostenible de los recursos y priorizando la inversión en la protección, la conservación y el uso sostenible de la naturaleza para ayudar a impulsar las economías y promover la inclusión social y la erradicación de la pobreza».
La medida pretende aportar a la remisión de la recurrencia de eventos climáticos extremos y de las emisiones de gases de efecto invernadero y para poner freno «al deterioro de la calidad de vida y sistemas de vida de los pueblos» de los países que forman parte de la región así como la pérdida y la degradación de la biodiversidad, reportó la agencia de noticias DPA.
Los mandatarios reseñaron que América latina y el Caribe constituye uno de los territorios más vulnerables del planeta a los efectos adversos del cambio climático y por eso su contribución a la lucha global contra este fenómeno debe ser «reconocida y apoyada» por la comunidad internacional por medio de apoyo técnico y financiero.
El punto fue incluido en su discurso por el presidente argentino, Alberto Fernández, quien remarcó que «la contribución de América latina y el Caribe en materia de cambio climático y biodiversidad debe ser reconocida por la comunidad internacional a partir de un decidido apoyo técnico y financiero».
«Necesitamos mecanismos financieros innovadores para fomentar el desarrollo sostenible, como los planes de pago eficientes y efectivos por servicios ambientales, de acuerdo a los enfoques nacionales», explicó Fernández.
Fue todavía más allá y estimó que «un canje de deuda por clima debería ser el mecanismo capaz de vincular a los procesos de pago de deuda con la acción climática».
El documento aprobado en Andorra reitera el compromiso con la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una de las «hojas de ruta fundamentales» para lograr el desarrollo sostenible en las dimensiones económica, social y medioambiental.
Para alcanzar esas metas, los países firmantes acuerdan explorar las oportunidades de inversión y empleo que ofrecen los patrones sostenibles de consumo y producción, entre otros modelos, y reconocen la importancia de crear incentivos económicos adecuados con miras a impulsar modelos de negocio sostenibles.