Análisis

La crisis se acelera: ¿la pagan los trabajadores?


Por Diego Añaños

Por Diego Añaños

El gobierno nacional está monitoreando de cerca las variaciones que viene registrando la actividad económica a raíz de las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus. A través del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), se recopilaron datos de más de 420.000 empresas, lo que permitió realizar un diagnóstico de las actividades más golpeadas. Un informe recientemente publicado por el Comité de Evaluación y Monitoreo del programa, muestra que la crisis económica fruto de la pandemia es más grave de lo que se preveía.

De acuerdo al trabajo, todas las actividades registraron contracciones en términos reales, por lo cual se incrementan las posibilidades de cierren en lo subsiguiente. Los sectores más afectados, y en los que se observan las mayores caídas, son aquellos vinculados con la industria del turismo y el ocio. La rama de Hoteles y Restaurantes se desplomó en promedio un 57,3%, mientras que los servicios artísticos, culturales y esparcimiento cayeron un 55,4%. Algunas otras actividades, como el agro, donde se esperaba que no fueran tan afectadas, muestran subas interanuales nominales, pero caen si al cálculo se le incorporan los efectos de la inflación (50% interanual).

Situaciones similares se observan en actividades como la Salud. Incluso en aquellas ramas donde el gobierno tenía la expectativa de que el teletrabajo permitiera compensar en gran medida las restricciones a la circulación, como Finanzas, Servicios Profesionales y Empresas de Información y Comunicaciones, se registraron datos negativos. Los registros de facturación procesados por la Afip confirman la tendencia del informe. En función de lo observado, el Comité sugirió sumar 250 actividades más a la lista de sectores en estado crítico, de modo de incorporarlos a los beneficios salariales que ofrece el programa puesto en marcha por el gobierno nacional.

También se conocieron los datos de un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, basados en un relevamiento realizado entre el 1° y el 26 de abril, y que muestran que la recaudación tributaria se desplomó un 25%. Si bien quedan afuera los últimos cuatro días del mes, se aclara que abarca el 90% de la recaudación mensual de los principales componentes de la estructura impositiva. Los dos impuestos más afectados fueron IVA y Ganancias. Cabe recordar que, dadas las dificultades que enfrentan muchas empresas para hacer frente a sus obligaciones fiscales, los organismos estatales de recaudación dispusieron la postergación de la fecha de vencimiento de varios impuestos como las Contribuciones Patronales, Ingresos Brutos o el Impuesto Inmobiliario.

Si bien las medidas apuntan a amortiguar los efectos del parate económico fruto de la crisis sanitaria, afectan muy negativamente los ingresos fiscales, en un momento en que esos recursos son fundamentales para llevar adelante las políticas contracíclicas que incluye el paquete de rescate diseñado por la administración Fernández. Un paquete, por lo demás, muy costoso. De acuerdo con los datos del Monitor Fiscal del FMI, la respuesta fiscal argentina se encuentra ubicada sexta a nivel global. La asistencia suma alrededor de 1.7 billones de pesos, lo que representa un 5,6% del PBI, un porcentaje cercano al que muestran Alemania y el Reino Unido, y por encima de Brasil, China Corea, Italia, España y Francia.

El gobierno, junto a la UIA y la CGT, acordaron recortes sariales de hasta un 25% para todos los trabajadores que se encuentren licenciados a raíz de las medidas de distanciamiento social. Luego del acuerdo se produjo una oleada de suspensiones que alcanza a casi 1.200.000 trabajadores en todo el país. El primer convenio rubricado por la Unión Obrera Metalúrgica y tres cámaras empresariales se cerró por un 86% del sueldo neto. Luego fue el turno de la Federación de Empleados de Comercio, la Cámara Argentina de Comercio, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa y la Unión de Entidades Comerciales Argentina, que acordó la suspensión del personal sin tareas por la cuarentena, conservando el 75% de su sueldo neto. Los petroleros quedaron por fuera del acuerdo y tuvieron peores noticias, ya que se les liquidará sólo el 60%.

La medida no llega en el mejor momento. A raíz de la cuarentena se complican cada vez más las posibilidades de las familias argentinas para hacer frente a sus compromisos económicos. Un estudio del Centro de Economía Regional y Experimental, muestra que más del 80% de los hogares acumuló algún tipo de deuda, rozando los $150.000 el promedio de endeudamiento, sin incluir los costos asociados a moras y retrasos que siguen creciendo, y podrían llegar a significar un incremento de más del 50% del stock de deuda.

Es extraño lo clara que están las cosas en la Argentina. La mera posibilidad de un impuesto a las grandes fortunas a la Argentina desata una catarata de editoriales en los principales medios del país. Sin embargo, un acuerdo entre el Gobierno y las centrales sindicales puede rápidamente quitarle el 25% de los ingresos a los trabajadores cesanteados por efectos de las medidas de distanciamiento social, apelando a la emergencia, sin que a nadie se le mueva un pelo. Ah, y todo esto bajo un gobierno peronista. Que todos me disculpen, pero yo todavía no salgo de mi asombro.