CLG dialogó con Laura Gancedo, coordinadora de Plato Lleno, que explicó cómo trabajan
Por Emilia Ottogalli
Cada año, en todo el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos. Un tercio de todo lo que se produce. Pero, a su vez, hay más de 800 millones de personas subalimentadas. El contraste es preocupante. Por esto, muchos ciudadanos han puesto manos a la obra para aportar desde su lugar a generar un cambio.
Ese es el caso de “Plato Lleno”, una ONG de origen argentino, que se encarga de aprovechar lo que para algunos es desperdicio y llevarlo a lugares donde realmente se necesita. CLG dialogó con Laura Gancedo, miembro de la organización, quien explicó en detalle de qué se trata su iniciativa y cómo trabajan.
“La idea nació en 2013 a través de un grupo de amigos muy motivados por el tema del desperdicio de alimentos”, reveló para comenzar. Y continuó: “Lo que empezamos a hacer fue ir a distintos eventos y lugares que sabíamos que había excedentes, los rescatábamos y los entregábamos a comedores”. Así empezaron este camino y por ahí siguen unos siete años después.
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Los alimentos que rescatan desde Plato Lleno “siempre están en perfecto estado y por algún motivo quedan sin destino”. “A veces en un evento porque no salen de la cocina o en una empresa o fábrica por cuestiones de packaging o estéticos”, señaló.
Es en ese momento donde la ONG entra en juego. Ellos se acercan, recolectan todo el alimento sin destino y le encuentran un lugar que realmente lo necesita. “Lo llevamos siempre al comedor que esté más cerca”, contó la voluntaria.
Con el correr de los años se fueron adaptando al tipo de alimentos y a los lugares que conseguían para ir a realizar los rescates. Sobre esto, aclaró: “Empezaron a venir mayoristas y productores de alimentos. Por ahí recibimos grandes cantidades de alimentos que tienen una fecha de vencimiento corta, entonces los recibimos en distintos depósitos. Ahí se van acercando los comedores y merenderos con sus vehículos a retirar los alimentos”.
La sede central de Plato lleno está en Buenos Aires, ahí comenzó todo. Pero a través del tiempo se fueron extendiendo a otras ciudades y países. “El proyecto, con nuestro acompañamiento, se replicó en Morteros, Córdoba; San Martín de los Andes; Uruguay; Brasil; Costa Rica y Bolivia que se sumó el año pasado”, enumeró.
Actualmente, sólo en Argentina la ONG cuenta con cinco coordinadores y entre 50 y 60 voluntarios. En 2019, contabilizando todos los lugares donde se encuentra, logró rescatar 643 toneladas de alimentos y así brindar 1.929.000 platos llenos.
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Laura, una de los cinco coordinadores, no quiso dejar de aclarar: “Somos la única ONG de toda Argentina que entrega los alimentos de forma gratuita. La mayoría de las organizaciones que hacen esto, les cobran a los comedores. Un precio simbólico, un flete o algo”. “Para nosotros son fundamentales en esta cadena de aprovechar los alimentos y nos parece que la tarea que ya hacen es muchísima como para que encima tengan que pagar por eso”, sostuvo.
Luego de un gran crecimiento en la cantidad de demanda de alimentos tras año muy duros para la sociedad argentina, Plato Lleno “cerró la inscripción de comedores para poder cubrir los que están”.
En este momento, lo que necesitan desde la ONG es “divulgar para que más empresas y mayoristas” los contacten para los rescates. “Nosotros contamos con un seguimiento de la trayectoria del alimento. Todo eso se envía a quien pidió el rescate “, dijo la coordinadora. Así invitó a todos los interesados en pedir rescates o sumarse como voluntarios a contactarse con ellos a través de la página oficial (https://www.platolleno.org/) o de sus redes sociales (@proyectoplatolleno).