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La capitana del Sea Watch 3 detenida defiende el rescate de migrantes


La capitana de un barco humanitario que rescata migrantes y refugiados en el mar Mediterráneo reivindicó este domingo su trabajo a través de su abogado, un día después de ser detenida en Italia como parte de la política antimigratoria del viceprimer ministro y referente de la extrema derecha europea, Matteo Salvini.

«La situación era desesperada. Mi objetivo era simplemente llevar a tierra a gente que estaba exhausta y desolada», explicó el abogado Salvatore Tesoriero citando a su defendida y agregó que la capitana «tenía miedo» de que hubieran suicidios a bordo, después de estar más de dos semanas esperando con 40 migrantes rescatados que algún país europeo les autorizara a atracar.

Cuando finalmente atracó en el puerto de la isla italiana de Lampedusa sin tener permiso oficial, el barco fue confiscado y ella detenida y acusada de varios delitos, entre ellos ayuda e instigación a la inmigración ilegal.

La detención de la capitana del bar de la ONG Sea Watch, Carola Rackete, desató expresiones de solidaridad entre las autoridades de Alemania, Francia y el Vaticano, mientras el gobierno holandés apoyó la decisión de Roma.

La secretaria de Estado de Inmigración holandesa, Ankie Broekers-Knol, sostuvo en una carta a las autoridades italianas que el barco Sea Watch 3 que comandaba Rackete y traía decenas de migrantes y refugiados africanos rescatados en altamar podría haber ido a Túnez o Libia en vez de atracar en el sur europeo, según reprodujo el diario italiano Corriere della Sera, citado por la agencia de noticias DPA.

Por el contrario, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, afirmó en Twitter que «rescatar vidas humanas es una obligación humanitaria» y advirtió que «el rescate marítimo no debe ser criminalizado».

El ministro del Interior francés, Christophe Castaner, por su parte, también destacó que «el cierre de los puertos es una violación del Derecho del mar», mientras el canciller de Luxemburgo, Jean Asselborn, aseguró en su página de Facebook que «salvar vidas es un deber y no puede ser nunca un delito o un crimen. No hacerlo, sí que lo es».

Desde el Vaticano, en tanto, el secretario de Estado, Pietro Parolin, también cuestionó con diplomacia la detención: «Toda vida humana debe ser salvada como sea y esto debe ser la estrella polar que nos guíe. Todo lo demás es secundario».

Sin embargo, el vicepremier y ministro del Interior italiano, Salvini, volvió hoy a defender su decisión.

«La capitana fuera de la ley justificó su loco desembarco que puso en riesgo la vida de los agentes de la Guardia de Finanzas diciendo que se trataba de un ‘estado de necesidad’. Pero si ninguno de los 40 inmigrantes a bordo tenía problemas de salud, ¿de qué necesidad hablaba?», escribió en Twitter.

A través de su abogado, Rackete explicó al diario Corriere della Sera cómo fue el atraco y descartó cualquier intención criminal. «Se realizó una maniobra en condiciones extremadamente difíciles, pero no hubo un acto criminal o la voluntad de embestir el bote patrulla o matar a alguien, solo la necesidad de salvar vidas», explicó Tesoriero.

Hoy otro barco de rescate que opera en el Mediterráneo, el Open Arms, rescató a unas 40 personas que navegaban a la deriva frente a costa libia en una lancha precaria, en aguas internacionales, informó a la agencia de noticias EFE una vocera de la organización humanitaria.

«Les hemos atendido y avisado a administraciones pertinentes para que se hicieran cargo . Ahora les escoltan hasta Lampedusa», agregó la organización Open Arms, que destacó que entre los rescatados hay cuatro bebés y tres mujeres embarazadas con un alto nivel de deshidratación después de tres días de travesía.