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La actividad gastronómica en Rosario bajó más de 60% por la cuarentena


La crisis que derivó del coronavirus también golpea al sector gastronómico. CLG dialogó con Sergio Ricupero, secretario gremial del sector en Rosario, que fue contundente: "Los locales venían con respirador artificial y se lo sacaron"

La gente en su casa y calles deshabitadas. Este es el contexto que expone la Argentina ante el aislamiento preventivo y obligatorio debido a la pandemia del coronavirus Covid-19. Cientos de locales gastronómicos que tuvieron que cerrar ante las medidas de sanidad nacional y a su vez miles de trabajadores que quedaron «parados» ante la crisis están atravesando un presente lleno de preocupación. El gremio que agrupa a mozos, cocineros y empleados de hoteles advirtió sobre una recesión que se venía dando en los últimos cinco años y que se incentivó ante el virus.

La avenida Pellegrini y las calles de Pichincha, dos zonas gastronómicas por excelencia de Rosario, se ven vacías: nadie transita, los bares están cerrados y la tranquilidad del silencio está acompañada con la preocupación de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina, en su seccional en Rosario (UTHGRA). «La estamos pasando como se ve. La mayoría de los locales venían con un respirador artificial y se lo sacaron«, expresó Sergio Ricupero, secretario gremial del sindicato gastronómico. Al mismo tiempo dejó números que preocupan al sector: «Nuestro trabajo está funcionando a un 30 o 40% debido a las medidas sanitarias«.

«Ya la actividad no levantaba como debía ser luego de años desastrosos de la actividad y donde veníamos denunciando pérdidas de puestos de trabajo«, agregó el gremialista en diálogo con CLG.

Para Ricupero, la pandemia va a dejar «muchos problemas y más perdida de puestos» en el rubro: «Vamos a estar un una situación muy difícil», esgrimió y al mismo tiempo detalló que la hotelería rosarina está «prácticamente» cerrada y los bares y restaurantes optaron por implementar un delivery «como para salvar parte de los gastos».

Asimismo aseguró que trabajan con total normalidad los comedores sanitarios y asistenciales, los geriátricos por ejemplo, así como también fábricas o empresas que permanecen abiertas y tienen comedores en su interior.

«Dependemos del poder adquisitivo de la gente y si ellos no tienen plata o no pueden ir a los locales nosotros nos resentimos«, explicó Ricupero a CLG.

El representante de los trabajadores gastronómicos también remarcó la importante precarización que sufre el sector y que con la crisis por el Covid-19 queda aún más expuesta. «No es el más importante, pero hay gente precarizada y con los negocios parados no se les paga. Reclamar los sueldos con negocios cerrados es una incógnita», puntualizó.

En este sentido, apeló a la «ética» de los empleadores ya que, contempló Ricupero, «los trabajadores ayudaron a levantar el local, dejando muchas cosas de lado como sueldo o formas de trabajo, uno espera que le retribuyan de la misma manera en la crisis«.

Si bien los gastronómicos son un sector de sumo riesgo de contagio ya que trabajan en aglomeración de gente, desde el sindicato descartaron algún contagiado en el rubro. «Felizmente se cortó a tiempo de la parte sanitaria y se privilegió la salud«, sostuvo.

«Pero -continuó el gremialista- que va a ser un desastre económico no hay dudas». Rápidamente, y como opinión personal, fue muy claro: «Qué me importa la parte económica si no tengo salud».