El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, llegó este miércoles a la ciudad rusa de Vladivostok, en la víspera de la que será su primera reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, que se producirá con el trasfondo del fracaso de la reciente cumbre de Hanói.
Kim y Putin centrarán su agenda en los esfuerzos para la desnuclearización de la península coreana, en la cooperación regional y las relaciones bilaterales, en momentos en el que el diálogo Pyongyang-Washington pasa por un momento difícil tras el fracaso de la cumbre en Hanói entre Kim y el presidente Donald Trump, en febrero de este año.
Kim fue recibido con alfombra roja por el ministro para el Desarrollo del Extremo Oriente, Alexandr Kozlov y el vicecanciller Ígor Morgúlov, tras descender del tren blindado en la estación ferroviaria de Vladivostok a las 18.00 hora local (5 de la Argentina). Al salir de la estación, una orquesta militar tocó el himno norcoreano y el ruso, y, antes de subirse a una limusina, Kim y las autoridades rusas pasaron revista a la guardia de honor, según informó la agencia de noticias EFE.
La delegación norcoreana partió de inmediato hacia la cercana isla de Russki, donde está el campus de la Universidad Federal de esta ciudad portuaria, última parada del tren transiberiano, donde se reunirá el jueves con Putin.
La relación bilateral entre ambas naciones tuvo un ritmo pendular. Durante la época de la Unión Soviética -hasta 1991- Moscú ofreció a su aliado estratégico cooperación económica, intercambios culturales y ayuda, además de proporcionarle sus conocimientos nucleares iniciales.
Desde el colapso de la Cortina de Hierro, la relación decayó y los lazos ideológicos debilitados terminaron con ese tratamiento y apoyo especial, pero el gradual alejamiento ruso de Occidente desde principios de la década de 2000, los acercó nuevamente. Este acercamiento, unido al fracaso de la cumbre de Hanói, que fulminó las esperanzas del líder norcoreano sobre el fin de las sanciones internacionales que estrangulan su economía, obligaron a Pyongyang a buscar otras alternativas.
En la cumbre Kim busca contactar a quienes lo ayuden a resolver la cuestión económica y obtener una mejor posición para volver a negociar con Washington. El coreano conoce el alto valor simbólico de la reunión con Putín. Si pueden demostrar que las grandes potencias aún los respaldan, esto les dará un poder de negociación adicional para hablar con Estados Unidos y China», opina Alexey Muraviev, profesor asociado en la Universidad Curtin en Perth, Australia, citado por la cadena británica BBC.
Putín, en tanto, ve la cumbre como una oportunidad de volver a poner a Moscú en el centro de un tema crucial en la agenda geopolítica global: la desnuclearización de la península coreana. Rusia ya anunció que Moscú aboga por profundizar la cooperación con Corea del Norte, según declaró hoy el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú durante una reunión con su homólogo norcoreano, No Kwang-chol.
«Rusia valora las relaciones de amistad y buena vecindad con Corea del Norte. Confirmamos nuestro interés en continuar desarrollando la cooperación», afirmó. Según la mayoría de las estimaciones, sin embargo, no habrá ningún acuerdo ni acuerdo importante entre los dos países.