Autoridades del Gobierno provincial plantearon la necesidad que el encuentro el domingo se dispute a las 20 o 21. Hoy la AFA y la Liga Profesional definen. ¿Y si se muda de sede?
Como viene siendo costumbre en cada oportunidad, el clásico entre Rosario Central y Newell’s fue puesto en duda por cuestiones logísticas y de seguridad. Es que ahora desde el Gobierno provincial advirtieron que si el encuentro no se disputa en horario nocturno, podría suspenderse. Es que desde la administración que encabeza Omar Perotti quieren evitar cualquier tipo de aglomeración en los eventuales festejos, en el marco de las restricciones y el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuestos para mitigar la segunda ola de la pandemia de covid-19.
Este jueves es el día clave, ya que se sabrá si desde la AFA y la Liga Profesional aceptan el pedido de cambio de horario, aunque también está la chance de que el encuentro se mude de ciudad, una versión que comenzó a tomar forma en las últimas horas.
El subsecretario de Seguridad Preventiva de la provincia Santa Fe, Diego Lluma, aseguró este miércoles que «gestionamos sobre la incertidumbre porque no sabemos cuál va ser la situación epidemiológica (en relación a las nuevas medidas que se anunciarían el viernes)».
En ese sentido, el funcionario informó que se reunirán con autoridades de AFA y la Copa de la Liga para «ajustar el horario» para la noche. Según explicaron, si se juega en un horario nocturno es «más sencillo controlar el movimiento y eventuales festejos», debido a la prohibición a la circulación que rige a partir de las 21.
La idea, contó Lluma, es iniciar el partido entre las 20 y las 21. “Si no es posible, hay muchas presiones desde el punto vista sanitario, y de seguridad, para que se suspenda el partido”, advirtió.
El objetivo de la medida, reiteró, es controlar posibles festejos, banderazos o reuniones en bares porque coincidiría con las restricciones vigentes.
La provincia también pidió liberar la televisación del partido, que en principio va codificado, para reducir posibles traslados de hinchas a casas de amigos o familiares o bares con el pack fútbol habilitado. “La incertidumbre es lo que manda”, reconoció el subsecretario.
En caso de realizarse, habrá un operativo especial con 135 efectivos. Además, un policía acompañará a cada micro en comunicación directa con los responsables del operativo para evitar cualquier problema.
Por su parte, los dirigentes de los clubes coincidieron en su postura. “Central quiere jugarlo. La ciudad no se puede perder la posibilidad de tener un clásico”, dijo Ricardo Carloni, vicepresidente de Central. “Los dos clubes queremos jugarlo y sabemos que estamos en un contexto especial”, planteó Fernando Acatto, gerente de Newell’s.
Otra de las posibilidades surgidas en las últimas horas es que no se jugaría en la ciudad ni en ninguna otra santafesina, a raíz de la férrea posición del gobierno provincial de evitar cualquier tipo de aglomeración en los eventuales festejos, en el marco de las restricciones y el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuestos para mitigar la segunda ola de la pandemia de covid-19.
Por su parte, fuentes consultadas afirman que «la provincia no quiere que el partido se juegue en Santa Fe y la AFA nos dijo que el partido se tiene que jugar, así que podría jugarse en Buenos Aires o hasta en Mendoza».
En las próximas horas seguirán las negociaciones, y este jueves será el «Día C» para saber dónde, cuándo y a qué hora se jugará el derby rosarino.