Italia podría reclamar la extradición de 30 ex dirigentes de organizaciones guerrilleras que se fueron del país tras los llamados «años de plomo» (1970-1985) a Francia y algunas naciones de Latinoamérica.
La información se produce después de que 13 de enero fue detenido en Bolivia Cesare Battisti, miembro del ya desaparecido grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), que estuvo 37 años escapado de la justicia.
Fuentes del Ministerio del Interior citadas por la agencia EFE explicaron hoy que «en la mesa» del ministro, Matteo Salvini, se encuentran los nombres de estos 30 dirigentes, 27 de extrema izquierda y 3 de extrema derecha. «Se trata de la lista actualizada por los Servicios de Inteligencia y las Fuerzas del orden tras el arresto de Cesare Battisti», añadieron.
De ellos, 14 han sido localizados en Francia, donde se refugiaron muchos de los miembros de las bandas armadas de izquierdas acogidos por la llamada «doctrina Mitterrand», por la que los ex integrantes de esas organizaciones podían vivir libremente en Francia si renunciaban a la lucha armada.
«Salvini está listo para dar los pasos oficiales para pedir colaboración a los países que están dando acogida a estos fugitivos», informaron fuentes de Interior.
Por su parte, el ministro aseguró que si fuera necesario viajaría a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, «para que regresen a Italia estos asesinos».
Aunque el Ministerio del Interior evitó dar la lista con las 30 identidades, algunos medios italianos publicaron algunos nombres de quienes aún quedan por apresar por los delitos de aquellos años, plagados de atentados con matriz política.
Uno de los fugitivo más buscados es Giorgio Pietrostefani, fundador de Lotta Continua, condenado a 22 años de prisión por el asesinato del comisario Luigi Calabresi y al que se cree refugiado en Francia.
En Francia también se encuentran, según los medios, las antiguas integrantes de las Brigadas Rojas (BR) Simonetta Giorgieri y Carla Vendetti, condenadas a cadena perpetua por el secuestro y asesinato del líder de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, así como Maria Petrella, también de las BR y que tiene el estatus de asilada política en ese país.
EFE señala que en Nicaragua viven Alessio Casimirri, condenado a seis cadenas perpetuas por el secuestro de Moro y por el asesinato de los hombres de la escolta, y Manlio Grillo, autor -junto a Achille Lollo, que se encuentra en Brasil- del incendio de la casa del secretario del Movimiento Social (MSI), Mario Mattei, en el que murieron sus dos hijos, de 22 y 8 años.