La interrupción casi total de las actividades es una costumbre habitual en la celebración del "Día del Perdón", este año aún más restringida debido a la cuarentena
Los judíos israelíes comenzaron esta tarde la festividad de Yom Kipur (Día del Perdón), la más sagrada del calendario hebreo y caracterizada por la interrupción casi total de las actividades, lo que acentúa aún más las limitaciones causadas por el nuevo confinamiento para evitar contagios de coronavirus.
Año tras año, durante esta jornada Israel es testigo de una clausura casi total: se cierran los comercios, las calles se vacían de automóviles y se interrumpen los vuelos.
El Yom Kipur en tiempos de Covid-19, sin embargo, resulta menos excepcional y se asemeja bastante a la realidad ya existente en el país, que vive un segundo confinamiento para intentar frenar la segunda ola de la pandemia.
Al cierre de comercios no esenciales se sumará esta jornada el del resto de los negocios, incluidos los supermercados; la interrupción de las emisiones de radio y televisión y la clausura del aeropuerto, algo que podría implementarse de forma permanente en los próximos días en el marco de la lucha contra la pandemia.
Este año, además, los fieles no se trasladarán en masa a las sinagogas, que solo podrán recibir pequeños grupos y deberán respetar las normas de distanciamiento social.
Después del Yom Kipur, volverán a cerrar y solo se podrá rezar en espacios abiertos cercanos al domicilio y con un máximo de veinte personas.
Parte de la población realiza durante esta festividad un ayuno de veinticinco horas, a la vez que muchos suelen aprovechar las calles y autopistas vacías para andar en bicicleta o patines, algo que en esta ocasión podrán realizar en el radio de un kilómetro de sus casas por el que se pueden desplazar durante el confinamiento.
En ocasión de este Día del Perdón, una fecha para pedir perdón por los pecados y sentir arrepentimiento, el coordinador nacional de la pandemia, Roni Gamzu, escribió hoy un mensaje a la población en la red social Facebook en el que se disculpó por la gestión de la crisis y específicamente por no haber podido evitar el actual confinamiento.
Además, pidió perdón a aquellos cuyos ingresos se vieron afectados por la situación actual y a quienes no pueden celebrar las fiestas con sus familiares o seres queridos a causa de las restricciones.
Según cifras oficiales, que no fueron actualizadas hoy debido al Yom Kipur, Israel, con unos nueve millones de habitantes, ha registrado casi 230.000 casos de coronavirus, de los cuales casi 70.000 se encuentran aún activos, incluidos 749 pacientes en estado grave. Alrededor de 1.500 enfermos murieron.
En los últimos días se contabilizaron nuevos máximos de contagios prácticamente a diario, superándose los 8.000 en veinticuatro horas por primera vez desde el comienzo de la pandemia.
El actual confinamiento lleva en vigencia tan solo diez días y, aunque está previsto que acabe el 10 de octubre, podría extenderse en caso de que la situación no mejore.