El gobierno de Irán exigió hoy a Reino Unido la liberación inmediata del superpetrolero que transportaba crudo a una refinería en Siria y fue retenido ayer en Gibraltar por pedido de EEUU, en medio de una crisis diplomática bilateral que incluyó la convocatoria al embajador británico en Teherán y la amenaza de capturar un buque británico.
Reunido con las autoridades en Teherán, el embajador británico Rob Macaire escuchó la propuesta formal de la República Islámica, en la que le comunicaron que «el petrolero navegaba por aguas internacionales», y calificaron la acción de la Marina británica como «piratería», de acuerdo con un comunicado oficial de la cancillería iraní.
«Reino Unido no tiene ningún derecho a imponer sus propias sanciones unilaterales, o las de la Unión Europea, de forma extraterritorial contra otros países», indica el texto.
En tanto, Mohsen Rezaei, miembro de un consejo que asesora al líder supremo, el ayatollah Jamenei, dijo que Irán respondería a los «matones», «sin dudarlo» y que «si Londres no libera al petrolero iraní, es deber de las autoridades incautar a un petrolero británico».
«En sus 40 años de historia, la revolución islámica nunca ha sido fuente de ninguna tensión, pero ante la arrogancia, nunca hemos dudado en responder», dijo Rezaei.
La detención del buque se produce en un momento de ásperas relaciones entre Irán y el bloque europeo que busca el modo de responder a los reclamos iraníes por sus amenazas de romper el límite de enriquecimiento de uranio que acordó en el acuerdo nuclear de 2015.
La captura del Grace 1, por parte de la Marina Real británica, se produce porque este transportaba crudo a Siria, por lo que violaba las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) a ese país devastado por la guerra.
El bloque de 28 miembros impuso sanciones a los funcionarios sirios que entraron en vigencia desde fines de 2011 y afectan a los ministros del gobierno, por su papel en la «represión violenta» de los civiles.
Estas sanciones incluyen trabar los activos de alrededor de 70 entidades y el embargo al petróleo sirio, las restricciones a la inversión y el congelamiento de los activos del banco central sirio dentro de la UE.
La detención del petrolero se produce pocos días después de que Irán anunció que superaría el límite de enriquecimiento de uranio establecido en el acuerdo de 2015 para disipar las preocupaciones de que podría tratar de desarrollar una capacidad de armas nucleares, algo que siempre ha negado.
El movimiento unilateral desató tensiones en el Golfo a medida que la administración del presidente Donald Trump avanza con una política de «máxima presión» contra Irán en coordinación con sus aliados de Medio Oriente Medio, Israel y Arabia Saudita.