Según varios analistas, la respuesta al ataque que mató a Qasem Soleimani no será inmediata. Los escenarios posibles
Según varios analistas, la respuesta al ataque que mató a Qasem Soleimani no será inmediata. Los escenarios posibles
La ejecución del general iraní Qasem Soleimani por parte de Estados Unidos sacudió a Oriente Medio, donde Teherán y sus aliados juraron venganza en medio de temores de que se desate una guerra.
Pero aunque los iraníes tienen vastos arsenales y están a una corta distancia de los soldados estadounidenses desplegados en Siria, Irak y el Golfo Pérsico, podrían preferir ser cautelosos antes de atreverse a lanzar un ataque en represalia que pudiera desatar un conflicto mucho más grande.
El ataque el viernes podría permitirles hacer una pausa, al mostrarles que el presidente estadounidense Donald Trump está dispuesto a ejercer el poderío militar de su país de una manera drástica e imprevisible.
Soleimani, era una figura destacada que movilizó a milicias en toda la región contra Estados Unidos y sus aliados, extendiendo la influencia de Irán en el Mediterráneo. Su muerte fue un duro golpe para Irán.
Un periodo de incertidumbre se abre ahora en Oriente Medio para Estados Unidos y sus socios regionales, entre los que destacan Israel, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, a los que Teherán ha acusado de instigar a Washington a cometer el ataque.
Ese bombardeo selectivo perpetrado en Bagdad acabó con la vida del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní pero también de varios dirigentes de la milicia shiíta iraquí Multitud Popular, que también clamó venganza.
Otros grupos shiítas afines a Irán y estrechamente vinculados con Soleimaní como el libanés Hezbollah también han lanzando advertencias: «Vengar a los asesinos de los muyahidines (combatientes) será la responsabilidad y el trabajo de todos en la Resistencia», dijo su líder, Hassan Nasrallah.
El llamado Eje de la Resistencia contra EE.UU. e Israel está liderado por Irán e incluye, además de Hezbollah, al régimen sirio de Bashar al Assad y al grupo palestino Hamas, que también tiene en su objetivo al Estado hebreo.
La reacción de Irak
Es probable que el ataque fortalezca a las fuerzas y facciones políticas apoyadas por Irán frente a los manifestantes que se oponen a la influencia de Teherán. Los aliados de Irán ahora pueden presentarse como defensores de la soberanía nacional contra la agresión extranjera.
El Parlamento iraquí se reunirá el domingo para una sesión de emergencia. El gobierno de Irak, que ha mantenido una incómoda alianza tanto con Washington como con Teherán, se verá presionado ahora para expulsar a los 5.200 soldados estadounidenses que llegaron al país para ayudar a evitar el resurgimiento del grupo ISIS.
Restringir las acciones de los soldados estadounidenses en territorio iraquí o expulsarlos podría ser la opción y secuela inmediata, según Renad Mansour, investigador del centro de estudios de asuntos internacionales Chatham House, con sede en Londres.
«Me parece muy difícil para un funcionario iraquí justificar la permanencia de las fuerzas estadounidenses tras lo ocurrido», afirmó Mansour. Si Estados Unidos se va, agregó, otras misiones diplomáticas podrían hacer lo mismo.
Si esto ocurre, Irak quedaría aún más dentro de la esfera de influencia de Irán, junto con Siria y Líbano, y se concretaría un objetivo pretendido por Soleimani desde la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos.
Muchos vengadores y diversos blancos
«El mártir Soleimaní es una figura internacional de la Resistencia y todos los devotos de la Resistencia son ahora sus vengadores», subrayó este viernes el líder supremo de Irán, Alí Jameneí, quien auguró «una dura venganza».
En ocasiones anteriores, los grupos shiítas aliados de Irán han perpetrado ataques contra Israel -Hezbollah y Hamas- o Arabia Saudita -los rebeldes hutíes del Yemen-, así que esta opción no puede descartarse.
La Guardia Revolucionaria iraní derribó además el pasado junio un dron estadounidense en el golfo Pérsico y ha sido acusada en los últimos meses de varios ataques a petroleros y buques cisterna en esta zona, de los que sin embargo se ha desvinculado.
El último gran ataque fue perpetrado en septiembre por los rebeldes hutíes contra instalaciones en Arabia Saudita de la petrolera Aramco, del que tanto Washington como Riad responsabilizaron a Teherán, que negó su implicación.
Otros eventuales blancos son las tropas y las bases estadounidenses en Oriente Medio, al alcance de los misiles iraníes, pero esta opción es menos probable según el analista Ardeshir Pashang, del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán.
«La probabilidad de una reacción contra EE.UU. es menor, es mucho mayor contra los socios de EE.UU., sobre todo a los que Irán ha acusado de dar consejos erróneos», explicó a Efe Pashang.
A fuego lento
El portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, el general de brigada Abolfazl Shekarchí, adelantó este sábado que Irán «evitará tomar medidas apresuradas» contra EE.UU., pero que la venganza será «aplastante».
El analista Pashang descartó igualmente «una reacción rápida y emocional» contra las fuerzas de EE.UU. o sus intereses en la región, teniendo en cuenta el modo habitual de actuar de las autoridades iraníes.
«En situaciones similares Irán ha intentado normalmente revisar todos los aspectos del tema y ha actuado con conservadurismo, por lo que se prevé que en este caso haga lo mismo», apuntó.
Irán, por ejemplo, no ha respondido de modo directo a los ataques de Israel contra sus posiciones en Siria ni ha bloqueado el estrecho de Ormuz pese a haber amenazado con ello debido a las sanciones de EE.UU. a su petróleo.
Las autoridades iraníes son conscientes de las repercusiones de un conflicto regional que no es de su interés y de que su situación actual a nivel interno es delicada.
¿Guerra a gran escala?
El experto del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán minimizó el posible riesgo de guerra debido a «las difíciles y duras condiciones internas de Irán, sobre todo a nivel económico e incluso a nivel de cohesión social y político».
Además, no solo Irán no quiere una guerra, como señala Pashang, pues tampoco EE.UU. y los otros países de la región desean entrar en un conflicto de consecuencias devastadoras.
Otra posible guerra en Oriente Medio preocupa asimismo a toda la comunidad internacional debido a las eventuales olas de refugiados y a su efecto en la economía mundial de reducirse la producción de petróleo.
Ciberataques y otras tácticas
Los expertos en seguridad indicaron que es probable que parte de las represalias de Irán sea a través de ciberataques. Y aunque advierten que la red eléctrica de Estados Unidos es bastante resistente, hay muchos ámbitos más en los que se pueden causar trastornos graves.
Otros posibles objetivos incluyen el sector financiero, la manufactura, las plantas de petróleo y gas, y los sistemas de tránsito.