Especialistas destacaron la importancia de llevar a cabo actividades para combatir al mosquito Aedes aegypti aún en invierno “para prevenir y reforzar con las campañas de información e iniciativas en verano”
Especialistas del Instituto Multidisciplinario sobre Ecosistemas y Desarrollo Sustentable estudiaron cómo se amplió la distribución del mosquito responsable del dengue, un estudio realizado desde dimensiones como la geográfica y otra que se desarrolla con un monitoreo de larvas en los charcos y mosquitos adultos en parques y espacios públicos.
“Todo lo vinculado al dengue y al control del mosquito debe trabajarse de forma constante durante todo el año, y no solo en los momentos donde hay una epidemia nacional y con un elevado nivel de transmisión del virus”, dijo Darío Vezzani, investigador independiente del Conicet y doctor en Ciencias Biológicas en diálogo con la Agencia CTyS de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM).
En este sentido, el especialista enfatizó la necesidad de “realizar muchas actividades para combatir” al mosquito Aedes aegypti aún en invierno “para prevenir y reforzar con las campañas de información e iniciativas en verano”.
Vezzani, integrante del Instituto Multidisciplinario sobre Ecosistemas y Desarrollo Sustentable, remarcó que una de las líneas de investigación que desarrolla tiene que ver con cómo se ha distribuido geográficamente el Aedes aegypti en el último tiempo.
“A partir de una foto de un mosquito que le llegó al director de Bromatología del partido, Federico Sánchez Chopa, y que resultó ser de un Aedes, se decidió capacitar al personal del servicio para que instalaran ovitrampas -trampas para los huevos del mosquito- en sus jardines, terrazas y patios”, explicó el especialista que realiza estudios de esta temática hace dos décadas.
Asimismo, precisó que “a partir de los análisis de esas muestras” se pudo comprobar que “hay una población (de esta especie) establecida en Tandil”, y agregó que “por el momento” la localidad no cuenta con casos autóctonos, es decir, “personas con dengue que no se hayan movido de Tandil”.
Situación que, para el especialista es sólo “cuestión de tiempo, por cómo se fue ampliando la distribución del mosquito en el último tiempo” y agregó: “A nivel epidemiológico, los estudios de casos vienen demostrando que los casos de dengue se van ampliando con un corrimiento hacia el oeste y hacia el sur del país”.
Y recordó que en 2020, se registraron casos de dengue autóctonos en Saladillo, a unos 200 kilómetros de Tandil, también hubo transmisión autóctona en otras localidades bonaerenses y en San Luis, Mendoza y San Juan, donde nunca había habido dengue.
Según el especialista, no hay trasmisión del virus durante todo el año debido a que en invierno las temperaturas no son óptimas y la masa de población de mosquitos no se encuentra en forma de adulto ni larva, “pero sí se puede encontrar, dependiendo las condiciones ambientales, bancos de huevos acumulados en recipientes, canaletas, rejillas, neumáticos abandonados o floreros en cementerios. De esos huevos, sólo una parte sobrevivirá y empezará su ciclo cuando llegue el calor. Por eso se vuelven tan importantes las acciones también en invierno”.
Otra de las líneas de investigación en relación a los mosquitos es una tesis doctoral llevada a cabo por Alejandra Gallego, que Vezzani codirige junto a la matemática Verónica Simoy, también investigadora del Conicet y estudian especies de mosquitos de inundación, principalmente el Aedes albifasciatus.
“Estas especies que estudiamos -en total son cinco, pero hay dos que tienen mayor abundancia- son vectores de enfermedades que hace rato no están en el país. Si se pide que se tire veneno, lo que hará es matar a un montón de fauna benéfica como abejas o depredadores naturales de mosquitos. Además, lo que hace el veneno es matar a los adultos, no afecta a los criaderos cargados de larvas, por lo que, al día siguiente, tenés nuevamente una nube mosquitos”, concluyó.