Desde el próximo jueves, la ciudad de Montero estará aislada. Esto implica establecer un proceso de "movilidad cero" en la ciudad de más de 110.000 habitantes
El gobierno de Bolivia decidió hoy «encapsular» desde el próximo jueves la ciudad de Montero, que, con una veintena de casos reportados, fue considerada como uno de los focos de contagio de coronavirus en el país andino.
La inédita medida fue anunciada por el ministro de Defensa, Luis Fernando López, quien declaró a los medios que «a partir del día jueves a la cero hora vamos a encapsular Montero».
La decisión de López tuvo lugar tras una reunión con el delegado presidencial en el departamento de Santa Cruz, Wilfredo Rojo;, el gobernador cruceño, Rubén Costas, y el alcalde de Montero, Miguel Ángel Hurtado.
El titular de Defensa detalló que ese aislamiento implica establecer un proceso de «movilidad cero» en esta ciudad de más de 110.000 habitantes, situada a 62 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, la urbe más poblada de Bolivia, reportó la agencia de noticias EFE.
Según López, la presidenta Jeanine Áñez «está alarmada por la cantidad de casos positivos» en esa ciudad cruceña, conocida por la producción de azúcar en un importante ingenio.
La provisión de comida está prevista, para que los productos básicos no falten a la población, además de la entrega de un paquete de alimentos o canasta familiar para las familias con menos posibilidades económicas, precisó.
El último reporte del Ministerio de Salud estableció en 14 los fallecidos y 194 los casos confirmados de la Covid-19 en Bolivia, prácticamente la mitad de ellos en Santa Cruz, la región más poblada y extensa, que es además el motor económico del país.
Bolivia puso en práctica el aislamiento social el 22 de marzo, en principio por 14 días, y luego lo extendió hasta el 15 de este mes, aunque anoche el gobierno analizaba la posibilidad de prorrogar la cuarentena obligatoria decretada para contener la propagación de la pandemia de coronavirus.
El estado de emergencia sanitaria supuso el cierre de fronteras, una medida que aumentó la presión en los pasos fronterizos, en especial en el límite con Chile.
La polémica llevó al gobierno a instalar un campamento en el paso de Pisiga para que pasen 14 días de cuarentena quienes ingresen en Bolivia por motivos humanitarios.
En ese puesto se vivieron momentos de tensión hoy, cuando grupos de bolivianos reclamaron desde el lado chileno de la frontera que se les dejara entrar en su país, mientras enfrente los militares formaban un cordón, algunos con equipamiento antidisturbios.
«Estos son los ciudadanos que quieren atacar el centro de cuarentena en Pisiga, los que planificaron romper la cuarentena del departamento de Oruro y buscan desestabilizar al país», denunció en Twitter el director de Migración, Marcel Rivas.
Rivas añadió que «muchos son militantes y simpatizantes del MAS, con residencia en Chile dónde se encuentra su familia», en referencia al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del ex presidente Evo Morales.
Las acusaciones de Rivas fueron rechazadas por la formación opositora, que acusó al Ejecutivo de Áñez de criminalizar a quienes protestan contra medidas como la forma en que se aplica la cuarentena decretada en el país.