Los coches que utilizan la electricidad como fuente de energía generan menor contaminación y gasto de mantenimiento que los que usan combustible fósil, pero sus detractores se quejan, por ejemplo, de su corta autonomía y que los vehículos autónomos corren el riesgo de ser hackeados.
En los países desarrollados es común encontrar autos eléctricos puros (que se conectan a cargadores) e híbridos, que utilizan un motor de combustión fósil y otro eléctrico. En un futuro no tan lejano se sumarán los autónomos, los conducidos por un cerebro electrónico.
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, en 2018 ya había en el mundo más de tres millones de vehículos eléctricos e híbridos «enchufables» y el país con mayor número es China.
En Argentina, la empresa cordobesa Volt motors desarrolló un vehículo eléctrico, el Volt e1, que está en proceso de homologación y que para fin de este trimestre o principios del segundo trimestre de este año podrá adquirirse vía web, explicó a Télam el jefe de marketing de la empresa, Matías Ochoa.
Una de las ventajas que presenta un coche eléctrico sobre uno que consume nafta, diesel o gas, es que resulta más económico.
Uno de los responsables de vehículos eléctricos de Renault confirmó que por cada 100 kilómetros de andar eléctrico se consumen 16,5 kw, que, a un valor (en octubre) de 1,67 pesos cada kw, son 27,50 pesos. En cambio, un coche a nafta, por ese mismo recorrido, consume 7,6 litros que, a $ 44 por unidad, son 344 pesos. El mantenimiento de los coches eléctricos, según el vocero de Renault, también es más económico, debido a su menor desgaste.
Si bien el silencioso coche eléctrico no genera polución (el CO2), los expertos de la Unión Europea, en un artículo publicado en The Guardian, advierten que la única manera de que uno de estos rodados sea absolutamente inofensivo para la naturaleza es que la energía utilizada provenga de usinas eólicas.
Otro inconveniente es que la autonomía de los coches eléctricos puros no es mucha, entre 200 (el Renault Kangoo Z.E.) y 380 km (el Nissan Leaf) para los automóviles disponibles en la Argentina. Una recarga total de la batería puede llevar entre 6 y 8 horas, y en el país no hay puntos de recarga en las rutas.
Sebastián Stranieri, experto en ciberseguridad, advirtió que los vehículos autónomos están expuestos a los hackers.
«No es descabellado pensar en que alguien puede colocar un pendrive que altere el software que utiliza el vehículo y de esta manera cambiar un comando, por lo que cuando el dispositivo que marca las distancias con otros objetos les diga acelere o avance, el rodado se detenga», explicó. El especialista aseguró que «estos coches, al formar parte de la Internet de las Cosas (o IoT), tendrá un cerebro digital, y éstos son factibles de sufrir intromisiones».
Stranieri destacó asimismo las ventajas de los vehículos autónomos. «Como en el futuro todo puede estar vinculado, las calles y rutas pobladas por vehículos autónomos tendrán menos embotellamientos, pues la inteligencia artificial buscará la eficiencia energética y las rutas más accesibles», enfatizó.
Esta revolución en la industria automotriz está en ciernes en la Argentina, donde se encuentran los eléctricos Renault Kangoo Z.E. (del que se vendieron 33 unidades, por lo que informó la empresa) y en preventa, el Nissan Leaf. Del tipo híbrido están el Toyota Prius y el Mercedes Benz GLC 350e 4Matic. A estos se sumará en breve el Mondeo Hybrid, según dijo Ford Argentina.