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Infografía: advertencias por el uso del cigarrillo electrónico


 

Representantes de organismos del Estado y de la sociedad civil coincidieron en que el cigarrillo electrónico es una «amenaza para la salud pública», sobre todo porque se convirtió en «una nueva vía de inicio al tabaquismo» entre los más jóvenes, sector que registra el mayor porcentaje de usuarios.

Esta fue una de las ideas fuerza de la jornada «Diálogo multisectorial: Nuevos desafíos para el control de tabaco en Argentina» que se desarrolló el jueves por la noche en el edificio Anexo de la Cámara de Diputados a instancias de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), tras conocerse que el 7,1% de los adolescentes de entre 13 y 15 años consume cigarrillo electrónico.

Esto ocurre a pesar de que su comercialización está prohibida en el país desde 2011 y que sólo 1,1% de los adultos lo hacen.

“Es una amenaza para la salud pública por varias razones”, dijo la directora Nacional de Promoción de la Salud y Enfermedades Crónicas no transmisibles de la secretaría de Salud de la Nación, Verónica Schoj, antes de participar de la jornada.

“En primer lugar porque demostró ser un nuevo vehículo para la iniciación en el consumo: en muchos países los jóvenes lo prefieren al tradicional y en Argentina la mitad de los chicos que utiliza cigarrillo electrónico –es decir el 3.5%- no fuma tabaco de otra forma”, agregó.

Adicionalmente, este dispositivo representa un peligro porque se promociona “con información engañosa”, como si se tratara de “un producto para dejar de fumar» y de “daño reducido” o inocuo, cuando “la evidencia muestra que no es así”.

El cigarrillo electrónico o “vapeador” es un dispositivo que utiliza una pequeña batería para combustionar una solución líquida que contiene nicotina y saborizantes –entre otras sustancias- hasta convertirla en un aerosol que se inhala, como si se tratara del humo del cigarro tradicional.

Aunque la Anmat prohibió en 2011 la “importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción” del cigarrillo electrónico por «la falta de evidencia científica que avale su eficacia para la protección de la salud”, desde FIC denuncian que el producto se ofrece “en distintos sitios de venta y en redes sociales”.

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