La organización humanitaria realizó su reclamo contra el gobierno para evitar la expansión del coronavirus
La organización Human Rights Watch (HRW) reclamó al gobierno de Estados Unidos suspender de inmediato las deportaciones de migrantes para evitar la expansión del coronavirus, tras detectar estos últimos meses algunos casos positivos entre los repatriados a México, Haití, El Salvador y Guatemala.
Entre el 3 de febrero y el 24 de abril, Washington realizó 232 vuelos de deportación a países de América Latina y el Caribe, «con poca preocupación por las consecuencias», según afirmó en un comunicado la directora de programas de HRW en Estados Unidos, Nicole Austin-Hillery, quien recordó que se registraron brotes en centros de detención.
«Con estas deportaciones imprudentes, la administración de (el presidente Donald) Trump está contribuyendo a la expansión de la Covid-19 y poniendo en peligro la salud pública a nivel global», advirtió Austin-Hillery, sumándose al reclamo planteado a mediados de mayo por Naciones Unidas.
Una situación denunciada también el pasado martes por el ministro de Salud de Guatemala, Hugo Monroy, quien dijo que su país detectó desde mediados de marzo 186 contagios de Covid-19 en guatemaltecos deportados desde distintos puntos de Estados Unidos.
Casos similares se dieron en El Salvador, Haití y México, donde la deportación de migrantes desde el vecino del norte provocó un brote en los albergues fronterizos, como el de la Casa del Migrante Nazareth en la ciudad de Nuevo Laredo, lindante con el estado de Texas, que detectó en abril pasado 15 casos entre sus 57 residentes tras el ingreso de un portador del virus asintomático repatriado desde Houston.
Si bien el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense reconoció que, hasta el 1 de junio, más de 1.400 inmigrantes detenidos habían dado positivo por coronavirus, la ONG cuestionó esas cifras, ya que se testeó a menos del 12% de estos internos y, además, dichos centros no cuentan con las medidas necesarias de distanciamiento social e higiene.
Por otra parte, HRW manifestó su inquietud por la situación de los deportados al regresar a sus países, donde pueden tener problemas para acceder a servicios básicos como sanidad o vivienda, a la vez que las restricciones de circulación impuestas para frenar la pandemia dificultan el regreso a las localidades de origen, sobre todo en áreas rurales, reportó la agencia de noticias Europa Press.
La organización humanitaria acusó a las autoridades estadounidenses de «encubrir» bajo recomendaciones médicas la devolución de migrantes en la frontera sur, lo que derivó en la expulsión de más de 20.000 personas hacia territorio mexicano, incluidos solicitantes de asilo.
A raíz de la pandemia, el pasado 20 de marzo los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, referentes sanitarios en Estados Unidos, emitieron una orden que suspendía el ingreso de «ciertas personas de países donde existe un brote de una enfermedad transmisible».
Aunque inicialmente fue emitida como una medida de emergencia, la normativa terminó siendo prorrogada de forma indefinida.
Gracias a esta legislación, el gobierno de Trump expulsó sólo en abril a 14.416 migrantes indocumentados en la frontera sur, 85% del total que ingresó ese mes, incluidos menores de edad sin acompañantes.